New Mom: Corazón De BarroMuestra

Falta de contentamiento

“Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza” (Proverbios 24:10).

“…el gozo del Señor es nuestra fortaleza” (Nehemías 8:10b).

Al leer Proverbios 10:24 tomando como referencia Nehemías 8:10b, podemos decir: “Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitado es tu gozo”.

Según Gálatas 5:22, el gozo es un fruto del Espíritu Santo. Es decir, es producto de la acción del Espíritu Santo y no de situaciones o personas que nos provocan felicidad.

Solo en Dios tenemos gozo, como lo confirma el Apóstol Pablo en 2 Corintios 12:10 al escribir que aún en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que suframos por Cristo, podemos sentir gozo. Pero, hay momentos en la maternidad en los que sentir gozo no parece posible:

• 4 am sentada en el sillón tratando de calmar el llanto del bebé que se levanta por segunda vez en la madrugada.
• 10 am de pie frente a la cuna cambiando el tercer pañal del día.
• 1 pm de pie en la cocina, con una mano sosteniendo al bebé, con la otra intentando comer.

Así se va el día, en torno a tareas ordinarias que nos dejan exhaustas y cuestionando si lo estamos haciendo bien, cuando volveremos a tener tiempo para nosotras, como podremos hacer todas las otras cosas que hemos descuidado: Imagen personal, comida, limpieza del hogar, atenciones con el esposo, tiempo devocional. Nuestro corazón comienza a llenarse de ansiedad y falta de contentamiento.

Es aquí donde entra el gozo del Señor. Debemos refugiarnos en la Palabra y permitir que el Espíritu Santo nos dirija a quitar la mirada de la situación y a fijarla en Cristo. Recordar que Jesús está con nosotras, que él vence en nuestro interior y nos está capacitando a través de la maternidad para forjar Su carácter en nosotras. Él nos está enseñando a amar, tener paciencia, extender misericordia, actuar con gracia, renunciar al yo y abrazar la verdad de que vivir es Cristo.

No importa que no conozcamos el camino de la maternidad, debemos confiar en que Dios va con nosotras.

Si has perdido el gozo:

• Confiésalo a Dios en oración.
• Humíllate ante Él y reconoce que lo necesitas.
• Cobra ánimo, levántate y ten fe.

Recordemos “el gozo se basa en una esperanza y fe en un Dios fiel. Para tener gozo debemos tener a Jesús” (Pastor Carlos León).