[Fit] Alimentos HormigaMuestra

¿Qué tanto es tantito?

Quizá hayamos escuchado que somos lo que comemos. Hay algunas personas que siempre están tratando de mejorar su condición física, de hacer ejercicio, de cambiar sus hábitos alimenticios, pero sus intentos fallan y terminan dónde comenzaron sin ningún avance.

La falta de avance muy probablemente se deba a los «alimentos hormiga». Estos alimentos son pequeñas cantidades de comida que pensamos que nadie se da cuenta que comimos, o bien, alimentos que aparentan ser saludables, pero que al ver su composición son «chatarra».

Cuando comemos pequeños bocados o puñitos de estos «alimentos hormiga» pensamos que no cuentan en nuestra alimentación, que nuestro cuerpo no los notó y que seguramente desaparecerán en nuestra boca. Pero eso ¡no es verdad! Cada cosa que comemos cuenta y nos va robando la posibilidad de ver un cambio completo. O bien, nos causa un daño lento que no percibimos hasta que es tarde.

En lo espiritual también encontramos estos «alimentos hormiga». Son sentimientos, pensamientos e ideas que vamos consumiendo poquito a poquito, que pareciera que no hacen daño. Comenzamos a alimentarnos de lo que vemos en las redes, las series y las películas o de lo que encontramos en la calle.

Vivimos en una sociedad de apariencias. Nos ocupamos de nuestra apariencia externa, pero no de lo que hay en nuestro interior. Si no tenemos cuidado, esto puede desviarnos de la verdadera vida que es conocer a Jesucristo y tener una relación personal con Él.

Algunos ejemplos de «alimentos hormiga» espirituales son el odio, la amargura, el resentimiento, la pornografía, el enojo, los celos, la envidia y los pleitos. Cuando dejamos de consumir alimento espiritual de calidad como la Palabra de Dios y dejamos de tomar tiempo para nuestra relación con Dios es fácil que comencemos solo a cubrir apariencias y que nuestro gozo, paz y amor se vayan extinguiendo, convirtiéndonos en lo que la Biblia llama sepulcros blanqueados que aparentan piedad, pero que están llenos de inmundicia. Los que nos rodean reciben eso de nosotros y nos desvía poco a poco de nuestro propósito inicial de ser cada vez más parecidos a Jesucristo y establecer Su Reino en esta Tierra.

Si identificas que en tu vida hay alimentos hormiga espirituales que te están robando, necesitas orar y pedirle perdón a Dios por haberle dado lugar al enemigo en tu vida. Y renueva tu propósito de alimentarte de la Palabra de Dios y tener una relación viva con Jesucristo.