Cuando Perdemos La EsperanzaMuestra

Cuando experimentamos alguna enfermedad y nos preocupa que todo pueda empeorar, quizás se nos viene a la mente que vamos a morir. Algunos han tenido esa experiencia de estar enfermos hasta el punto de sentirse en su último aliento. En esos momentos entramos a la realidad de que no somos inmortales y solo esperamos que Dios nos ayude.

La mayoría de nosotros pensamos en la esperanza de esa manera, como en, "Espero que suceda algo". Pero eso no es lo que la Biblia quiere decir con esperanza. En el Salmo 39:7 vemos a David diciendo: "Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti".

En el contexto del Salmo, David está sufriendo de una enfermedad y a la vez tiene oposición de sus enemigos. Él no entiende por qué pasa esto, pero su esperanza es tener a Dios a quien acudir y solo en Él puede confiar. La definición bíblica es "esperar confiadamente". La esperanza es una firme seguridad en nuestra fe con respecto a las cosas que no están claras y desconocidas.

Sin esperanza, la vida pierde su sentido. Como creyentes debemos confiar en Dios, que recibiremos Su ayuda, debemos tener confianza en la protección de Dios y estar libre de miedo y ansiedad.

Nuestra última esperanza está en nuestra salvación eterna. Incluso frente a nuestra situación de enfermedad o aflicción, debemos saber con esa esperanza firme que todo estará bien. Nuestra esperanza se basa nada menos que en Jesús, nuestro Señor y Salvador.