Una Persona Conforme Al Corazón De DiosMuestra

David y Jonatán

La tecnología ha contribuido a que en cierta manera las relaciones ya no sean tan significativas, reales y profundas. Por eso en muchos casos, las amistades también se van tornando más superficiales.

En este episodio de la vida de David, vemos cómo aún en medio de una situación crítica y de riesgo para su vida, la lealtad de una verdadera amistad incluso lo salvó de la muerte. Una profunda y significativa amistad con Jonatán.

El rey Saúl, padre de Jonatán, tuvo envidia de David por su popularidad y sus grandes capacidades de liderazgo. Esto lo llevó incluso a pensar en atentar contra su vida para así quitar del camino al que podría llegar a ser rey en lugar de su hijo. Sin embargo y a pesar de toda esta situación de posible envidia y rivalidad, David y Jonatán hacen un pacto de amistad. Un pacto en el que la base principal es su relación personal con Dios, y partiendo de allí, un compromiso inquebrantable de sacrificio, protección y lealtad el uno al otro. Un pacto delante de Dios, que probaría que la amistad sería más fuerte que los celos, la envidia y la ambición.

Notemos lo esencial que es tener en nuestro caminar de fe buenas relaciones entre unos y otros. Algo vital en nuestro crecimiento y para nuestra madurez espiritual. Es así que podemos hallar sentido en las reiteradas ocasiones en las que Jesús decía “unos a otros”, instándonos así a animarnos, levantarnos, acompañarnos y perdonarnos mutuamente como parte de una misma comunidad. Recordemos las palabras de Jesús: “nadie tiene un amor más grande que el dar la vida por sus amigos” (Juan 15:13). Jesús nos dio ejemplo, él tomó la iniciativa y por amor se entregó por cada uno de nosotros a pesar de ser pecadores.

¡Podemos y debemos tomar la iniciativa! Teniendo como ejemplo la amistad de David y Jonatán, y más aún, atendiendo las palabras de Jesús (“unos a otros”) para entonces desarrollar de manera intencional relaciones de amistad profundas y significativas. Edificantes y relevantes. Amistades con propósito. Relaciones que nos permitan transmitir a otros y recibir de otros la vida y la esperanza que ahora tenemos en Cristo Jesús.