Una Persona Conforme Al Corazón De DiosMuestra

Promesas de Dios a David

Desde nuestra perspectiva humana podemos creer que Dios tiene necesidades parecidas a las nuestras. Aún pensando con inocencia, creemos que Dios tiene aspiraciones similares a las humanas. El rey David se sentía mal por vivir en un palacio, mientras que el arca de Dios que representaba Su presencia en medio de ellos, estaba en una carpa. Dios a través del profeta Natán le hace ver a David que no debe preocuparse por esto, que en los planes del Señor está que un hijo de David construya esa casa y efectivamente así fue, el rey Salomón lo hizo. Por otro lado, pensando en el templo, es pertinente recordar que hoy, Dios no habita en templos hechos por los hombres. Dios quiere habitar en cada persona. Dios quiere que cada uno de Sus hijos sea Su templo.

Pero el relato nos muestra que si bien Dios no le permitió a David construir el templo al Señor, si le hizo una promesa, le promete que su reino no tendría fin, que sería para siempre ¿Cómo puede ser posible esto? Ésta promesa se cumple en Jesús, quien años más tarde nació de la descendencia de David. Jesús el rey para siempre. Un rey para gobernar la vida de cada persona que se acerca a Él.

Es interesante notar cómo en la historia de salvación, Dios obra de diferentes maneras, se vale de personas como David, un joven pastor de ovejas, humilde y sencillo para a través de él llevar adelante sus propósitos y hacer cosas grandes. Él nos quiere usar a nosotros también.

Podemos ver cómo a lo largo de la historia salvífica, como Dios también ha hecho muchas promesas, las ha cumplido y las seguirá cumpliendo. Él es fiel a Su palabra, Él nunca falla ¡Sigamos confiando en Él!