Reinventando Mi CarácterMuestra

Y piensas... Ahora

Sí, en ciertos momentos nuestra oración parece no tener un efecto instantáneo, ¡pero en otros momentos se abren inmediatamente las puertas del Cielo! ¿De qué depende? Yo entiendo y contesto: de Su impresionante soberanía.

He vivido momentos en los que Dios me responde inmediatamente. He vivido otros, en donde me queda claro que Su respuesta es por ahora no. He vivido momentos que siento que por más que oro, no me responde, no importa la necesidad. He tenido otros que todo lo que oro tiene una respuesta

Dicho de otra manera, Dios está abriendo los cielos para responderme. Una de las respuestas significativas que he tenido, fue respecto a una oración de sanidad en unos labios que le habían diagnosticado cáncer en la piel. Si una buena amiga, nos pidió oración, y lo acompañó con un sencillo: necesito una oración. Estaré dispuesta a la situación que Dios diga después de esa oración, y si me tienen que operar, pues que así sea.

Visitó mi casa y conforme nos platicaba y hacíamos algunas indicaciones, no recibimos ninguna queja, solamente aceptaba las indicaciones, analizaba su vida, concluía. Así que oramos. Ella se entregó de corazón a esa oración. Lloró, se arrepintió y perdonó a las personas que entendía que debía retirar todo el rencor que tuviera en su corazón por circunstancias vividas con ellas. De ahí se fue al hospital a las pruebas de patología preoperatorias.

Cuatro días después, la respuesta de Dios no se hizo esperar. Me hicieron estudios, decía con gran alegría, y no me encontraron nada, ya no hay nada en mis labios. ¿Qué te quiero decir? Que ores, derrames tu corazón, entrega lo que necesites: arrepentirte de esas actitudes, da un perdón a quien no se lo has dado. Esa tristeza, ese resentimiento que lleva acompañándote muchos años, es necesario entregarla a Dios.

Sé que Dios quiere bendecirte. Y no es que quiera cambiarte, pero al sacar los pensamientos y sentimientos que no te convienen, se generará un cambio en ti. Experimentarás milagros. Exprésale: ¡Tengo sed de Ti!”. Y siente esas oleadas de amor que descienden sobre ti, más y más fuertes. porque sin duda, cuando suben oraciones, bajan bendiciones. ¡Ve y baja el Cielo a la Tierra! Renueva tus fuerzas en Dios.

Ora por tu sanidad emocional y espiritual. Que Dios sane tus heridas.