Eligiendo a Dios en Lugar De Las Cosas Del MundoMuestra

Leer: Génesis 34; Romanos 12:17–21

EOAO: Romanos 12:19

“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, mejor dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor".

En el texto

Los eventos registrados en Génesis 34 son horribles y malvados. La violación de Dina muestra la maldad y la anarquía del pueblo cananeo, un pueblo al que Dios destruiría a través de los descendientes de Israel. La falta de respuesta a la noticia de los crímenes contra su única hija muestra indecisión y pasividad en Jacob, en el mejor de los casos, falta de amor y cuidado por los hijos de Lea.

Cuando Jacob no se ocupó del atacante de Dina como exigía la justicia, sus hermanos Simeón y Leví intervinieron. Si bien la violencia resultante no fue correcta, fue una respuesta tanto al horrible crimen de Siquem como a la pasividad de su padre. Simeón y Levi entendieron que la profanación de Dina no podía ser ignorada. Su respuesta mostró un profundo cuidado y preocupación tanto por su seguridad como por su reputación, así como un gran amor por ella.

Simeón y Levi engañaron a Siquem y Jamor, una táctica que sin duda aprendieron de su padre. Tramaron venganza contra Siquem, pero no hay registro de que buscaran la dirección o la ayuda de Dios, otro comportamiento modelado muchas veces por Jacob. Si bien su deseo de justicia era bueno, sus métodos de venganza no eran los caminos de Dios.

El mal hecho a Dina fue inexcusable. La inactividad de Jacob condujo a actos de venganza por parte de sus hermanos. Si bien su deseo de justicia era piadoso, sus métodos de venganza eran mundanos. Si los hermanos hubieran respondido con fe, habrían buscado la guía de Dios sobre cómo tratar con justicia a Siquem, porque Él es Dios Justo (véase Deuteronomio 22:25–28). Él promete pagar a los impíos por sus crímenes, dando rienda suelta a Su ira cuando confiamos en Su venganza.

Este no es un relato fácil de estudiar y puede dejarnos enojadas o confundidas. Dios prometió proteger y liberar a la familia de Jacob, eso incluía justicia para Dina. Cuando nos enfrentamos a la injusticia, podemos estar seguras de que Dios obrará a nuestro favor. Él promete que pagará a los malvados por lo que han hecho. Su justicia nunca está fuera de lugar, nunca mal aplicada. Él siempre está luchando por Sus hijas. Desafortunadamente, no pudimos ver a Dios lidiar con el pecado de acuerdo con Su perfecta sabiduría en estos eventos porque los hermanos de Dina confiaron en su furiosa venganza. Que nosotras, por el contrario, tengamos suficiente fe para esperar el tiempo y el método perfecto de Dios para hacer justicia a nuestro favor.