Vivir renovado: En NavidadMuestra

Gozo

Los villancicos navideños podrían hacernos creer que esta es la temporada para estar felices. Pero no todos tenemos un motivo para estarlo, y nadie puede estar feliz todo el tiempo. Gracias a Dios, aunque la felicidad viene y va según lo que esté pasando en nuestras vidas, siempre podemos tener gozo.

La felicidad y el gozo son términos usados como sinónimos en nuestra cultura, pero no son lo mismo. Podríamos sentirnos bien cuando hay un clima placentero, cuando nuestros hijos obedecen, cuando tomamos unas vacaciones, o cuando adquirimos un nuevo automóvil. Esa emoción a nivel superficial es la felicidad. El gozo es algo más profundo. No es circunstancial. No tiene nada que ver con las cosas tangibles de este mundo. Está basado solamente en Cristo. El gozo se encuentra en nuestra salvación y en el sacrificio que aseguró nuestra eternidad.

En los últimos momentos antes de que Jesús muriera, uno de los criminales que también estaba siendo crucificado le preguntó porqué no se salvaba a sí mismo si Él era realmente el Mesías. Esa es una pregunta razonable. Cualquiera que hubiese presenciado la representación de la crucificción romana, y especialmente alguien que estaba sufriendo ese terrible dolor, la haría. ¿Por qué elegir sufrir si no tienes que hacerlo?

En la carta a los hebreos, el Apóstol Pablo dice que Jesús decidió sufrir la cruz "por el gozo que le esperaba". No, morir una muerte dolorosa por nuestros pecados no fue algo que Jesús disfrutara. Él sufrió un fuerte estrés mental, emocional y físico. Él no fue a la cruz feliz sino con gozo. Jesús sabía que lo que le esperaba era la eternidad con el Padre y nuestra comunión. Él tenía gozo al saber que Su muerte y resurrección superarían la traición, enfermedad, dolor y muerte de este mundo.

Nosotros tenemos gozo exactamente por la misma razón. Incluso en las temporadas más difíciles, tenemos gozo porque sabemos que tenemos esperanza y futuro eternos. Tal como Jesús nos lo demuestra, tener gozo no significa que nunca experimentaremos dolor. Muchas veces en esta vida, el gozo y el dolor coexisten. Sin embargo, como seguidores de Cristo, somos capaces de mirar más allá del dolor para ver lo que se nos ha prometido y de saber que Dios tiene algo más para nosotros. Un día, seremos reunidos con Él en un lugar donde no habrá más tristeza, llanto o dolor.

Quizá esta temporada de celebración, tus suegros te critiquen, estés en medio de una dificultad económica, o estés luchando con un diagnóstico aterrador. Quizá simplemente tengas dificultad para ser feliz. No importa qué estés pasando esta temporada navideña, puedes estar seguro que Dios te entiende. Él te ve, te ama y nunca te dejará solo en tu dolor. Incluso en medio de la tristeza, podrás tener gozo porque tu eternidad te fue prometida y Sus promesas son verdad.