Confidencias Del AlmaMuestra
El regalo cotidiano del descanso
Es posible que tú, al igual que yo, hayas experimentado esa sensación de cansancio profundo en el alma; de respiración agitada en medio del trabajo del día; de pensamientos cargados, aún mientras servimos a otros. O la indiscreta visita de la duda y la confusión, cuando más atareados estamos.
¿Será que nos hemos acostumbrado tanto al sendero de la prisa, de suplir necesidades urgentes, de proveer lo que nos pide la gente, que hayamos dejado de escuchar la gentil invitación de nuestro Padre Celestial a descansar en Su amor? ¿Será que se puede servir desde el reposo, sin que tengamos que llegar a la extenuación?
Me escabullo de la prisa para encontrarme Contigo.
Me escondo del ajoro para vestirme con Tu abrigo.
Me alejo de las demandas de tiempo, apellidadas «santas»,
que con sus ritmos hacen lejanas,
de Tu Espíritu con mi espíritu, las andanzas…
y hasta me amenazan con hacerme morir en el intento.
Dejo apiñadas las urgencias
que buscan afirmación para su dueña,
y en el refugio bajo tierra (¿o bajo cielo?)
que juntos hemos construido,
dejo pasar las noticias, los medios y sus ruidos…
por algún tiempo.
Solo para poder comer y beber de Ti
y al regresar a los entuertos de mi mundo externo,
no solo poder sobrevivir,
sino tener algo para dar
de aquello que antes me diste de comer a mí.
Cuando llevamos mucho tiempo en ritmos de vida agitados, se nos puede hacer muy difícil amainar el paso. Te invito a reflexionar con Dios sobre la agenda usual de tu día a día, a leer pausadamente las citas bíblicas guías para hoy, y a meditar en Su presencia sobre qué verdaderamente pide y necesita tu alma.
Oración:
Espíritu Santo, ¿me ayudas a aceptar tus invitaciones para intimar Contigo, para desacelerar mi agitado ritmo, entregarte mis cargas y disfrutar Tu presencia? Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
Vivimos aprisa. El calendario persigue nuestra agenda y las alarmas del reloj marcan nuestros ritmos, aún nuestros descansos. Lo hacen hasta que el alma nos gime desde adentro, y nuestros cuerpos reclaman nuevos tiempos, en donde, en vulnerabilidad y sencillez ante Dios, entreguemos las confesiones de nuestra alma, diariamente. Te invito a visitar los recovecos de tu ser, a la luz de la Palabra, con pies descalzos.
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Nos gustaría agradecer a Dorita Ayala Maldonado por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.linktr.ee/doritaayalamaldonado