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¿Qué pago recibimos?

En Mateo 20 la Palabra nos relata como el Padre desea dar la mejor paga a todos aquellos que le sirven. En Su soberanía nos retribuye de la mejor manera; al ser un Juez Justo, Misericordioso y Amoroso vemos que desea darnos lo mejor a todos.

En la historia que compartimos el día de ayer podemos extraer algo muy importante: las personas somos quienes muchas veces queremos impedir las bendiciones de los demás. Al ver lo que otros reciben y comparar nuestro trabajo con el de ellos muchas veces queremos tomar el lugar de Dios y damos una sentencia basándonos en lo que vemos olvidando que la soberanía de Dios es incuestionable. Muchos opinan lo mismo que aquellos trabajadores que se nos relata en Mateo 20: 10- 15: “10 Después, cuando les tocó el turno a los que habían entrado primero, pensaron que iban a recibir más; pero cada uno de ellos recibió también el salario de un día. 11 Al cobrarlo, comenzaron a murmurar contra el dueño, 12 diciendo: “Éstos, que llegaron al final, trabajaron solamente una hora, y usted les ha pagado igual que a nosotros, que hemos aguantado el trabajo y el calor de todo el día.” 13 Pero el dueño contestó a uno de ellos: “Amigo, no te estoy haciendo ninguna injusticia. ¿Acaso no te arreglaste conmigo por el salario de un día? 14 Pues toma tu paga y vete. Si yo quiero darle a éste que entró a trabajar al final lo mismo que te doy a ti, 15 es porque tengo el derecho de hacer lo que quiera con mi dinero. ¿O es que te da envidia que yo sea bondadoso?”.

Cada día debemos valorar lo que recibimos de parte de Dios Padre, debemos valorar que en Su amor y misericordia nos da mucho más de lo que merecemos y no debemos dar pie al sentimiento de envidia que nace al comparar nuestra vida con la de otras personas. Debemos recordar que el esfuerzo de cada uno genera una retribución diferente en la parte terrenal. SIn embargo Dios no se rige por las reglas humanas, Él se rige bajo sus propias normas y debemos respetarlas. La salvación es el mayor obsequio que nos ha dado el Padre, no debemos cuestionar si otra persona que a nuestro criterio ha tenido una vida desordenada y vacía recibe a Cristo en el último instante de su vida. ÉL recibe el mismo perdón que aquella personas que desde su niñez a tratado de mantenerse íntegro para Dios; todos somos amados por el Padre y desea darnos esa corona maravillosa en el Reino de los Cielos. ¿Quieres recibir ese pago?.

Oremos:

Padre Bueno, te damos las gracias por Tu misericordia, bondad y amor. Gracias porque nos otorgas perdón de nuestros pecados a través de la Sangre de Cristo; hoy queremos pedirte de todo corazón que nos perdones si hemos sido envidiosos al ver lo que otras personas tienen. Ayúdanos a ser agradecidos y no envidiosos; que nuestro corazón reboce alegría porque nos otorgaste el perdón y ahora nuestro nombre está escrito en el Libro de la Vida y podemos estar seguros de nuestra eternidad. Gracias Padre por esta salvación tan grande. Permítenos ser luz y siempre brillar con Tu amor y gracia para que otros lleguen a conocerte, aunque sea en el último instante de su vida para que deseen entregarse a ti y reconocer a Cristo como Señor y Salvador personal y alcanzar tu gracia, amén.