Cuando La Tormenta ArreciaEjemplo

Jesús duerme, pero está presente

Con nuestros ojos humanos vemos el mundo a nuestro alrededor caerse. Todo es un caos, entonces buscamos en la barca a Jesús, pero él duerme. Por lo tanto, nos desesperamos, nos preguntamos, ¿cómo va a ser que nuestra única esperanza no esté disponible para nosotros? Al menos eso pensamos y nuestra fe flaquea. ¿Por qué Jesús duerme en la tempestad? ¿Acaso no sabe que podemos hundirnos, que podemos desfallecer? El miedo cada vez crece y no podemos entender lo que sucede. No podemos escuchar su voz, no sentimos su presencia, aunque él está ahí. Necesitamos afinar nuestros ojos y oídos espirituales.

Volvemos a preguntarnos, ¿por qué Jesús duerme? si mi casa está a punto de caer, mi matrimonio está al borde del divorcio, mis finanzas están llevándome a la ruina, la enfermedad me quiere llevar a la muerte, mis hijos cada vez están más rebeldes, en mi trabajo hay conflictos que no puedo resolver y así se van acumulando tantas otras situaciones. Y Jesús duerme... el Señor quería darles a los discípulos una lección de fe. ¿Estás dispuesto a recibir tu lección de fe?

Siempre tendremos tormentas en nuestras vidas, pero depende de nosotros cómo las enfrentamos. Podemos ver a Jesús dormido o podemos ver a Jesús ahí con nosotros, aunque esté durmiendo. Su sueño representaba paz y tranquilidad, Su presencia significaba seguridad. Solo nos basta creer, es por eso que cuando los discípulos lo despertaron con desesperación diciendo: “Señor sálvanos, que nos vamos a ahogar”, Jesús cuestionó su fe y les preguntó: “¿por qué tienen tanto miedo?”. El miedo nos puede paralizar y no nos deja ver la salida. ¡Ten cuidado!

Entonces, el Señor está ahí en tu barca, ¿por qué piensas que te vas a ahogar?, ¿por qué sientes tanto miedo? Él es soberano y tiene el control de cada situación. No tienes por qué temer, solo ten fe y Él hará un milagro en tu vida, calmará la tormenta que arrecia tu entorno. Muchas veces he pasado por momentos de dificultad en los que he pensado que me voy a ahogar y he clamado con desesperación, casi perdiendo mi fe, pero Dios en Su misericordia ha obrado. En lo que yo he considerado el último minuto, Jesús ha despertado en mi barca y me ha socorrido. Por lo que te puedo decir con seguridad que tengas paz, fe y esperanza, aunque la tormenta arrecie y Jesús duerma no te vas a ahogar. El Señor está ahí para ti no importa cuál sea tu situación, Él calmará la tormenta.