Señales Para Identificar Las Puertas Que Dios Nos Está AbriendoMuestra
No hay nada más satisfactorio que hacer la obra de Dios, sea lo que sea que el Señor nos ponga a realizar en el establecimiento de Su reino. Pero ¿te has preguntado si realmente era Dios quien te estaba abriendo la puerta o era el enemigo que te provocaba con una nueva “oportunidad”?
Siempre batallamos con estos pensamientos, pues no todas las buenas “oportunidades” son puertas que Dios abre en Su voluntad para nuestras vidas, algunas con franqueza son realmente distracciones causadas por el enemigo que nos hacen perder tiempo, recursos y el enfoque en la misión.
En el contexto del encuentro de Jesús con la mujer samaritana en Sicar, aunque la mujer no era inocente, mucha de su vergüenza no tenía que ver con el pecado en su vida, sino más bien por su identidad como samaritana. Rechazada por su ascendencia mixta (sangre gentil y judía), pensaba que no era merecedora del amor de Dios. Los samaritanos sufrieron el menosprecio cultural, debido a la vergüenza que los antepasados israelitas les trasmitieron y Jesús quería liberarlos de este flagelo.
Verás, pasa lo mismo hoy en día, Jesús quiere liberar a cientos de personas, gente que pertenece a diferentes grupos culturales, raciales y económicos, que a diario son atacados, hostigados, minimizados con palabras o acciones descalificantes, que destruyen, minimizan la esencia del ser, por la “raza superior”. Gente perseguida y menospreciada, quienes al final se sienten impotentes, y en sus vidas hay un halo de inferioridad impuesto por la “raza superior” que no les permite avanzar (Ex.1:13-14)
Jesús quería ayudar a la mujer a cruzar el abismo de la vergüenza donde se encontraba (pues incluso la obligaba a buscar el agua para su subsistencia en la hora más calurosa del día) ofreciéndole gratuitamente el agua de vida eterna que solo provenía de aquel que tenía la capacidad para no descalificarla, minimizarla o tratarla como un objeto, sino de amarla y restaurarla en su verdadera condición de hija de Dios. Y por ningún motivo iba a permitir que lo distrajeran de tan noble labor, así fuese con la insistencia inofensiva por parte de sus discípulos que comiera algo.
Nadie que ame a Jesús quiere vivir una vida en la que crea que ha hecho muchas cosas, pero no la única que Dios le asignó, y que realmente tenía gran valor en la economía del Reino.
Por tanto, pienso que la principal observación para hacer a la hora de intentar avanzar frente a las puertas que vemos abrirse a diario frente a nosotros es evaluar nuestras motivaciones:
¿Qué es lo que realmente estoy buscando?
¿Qué nos impulsa a aventurarnos hacia los nuevos espacios que vemos abrirse frente a nosotros?
¿Esta puerta que veo abrirse en frente de mí, me hará mejor persona, mejor hijo/a, de Dios?
¿No se pondrán en riesgo mis principios espirituales, mi reputación, mi hogar, si avanzo hacia el espacio que veo abrirse al frente de mí?
Escrituras
Acerca de este Plan
En esta realidad vivimos y nos movemos, servimos a un Dios que cuando abre una puerta, nadie puede cerrarla y cuando Él cierra una puerta, nadie puede abrirla. Las puertas abiertas en Dios son oportunidades ilimitadas, puntos de acceso a nuevos contextos, espacios de nuevos aprendizajes y retos que asumir para seguir avanzando en la voluntad de Dios para nuestras vidas.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://conectar.conociendoadios.net/ |