Señales Para Identificar Las Puertas Que Dios Nos Está AbriendoMuestra

En esta realidad vivimos y nos movemos, servimos a un Dios que cuando abre una puerta, nadie puede cerrarla y cuando Él cierra una puerta, nadie puede abrirla. Las puertas abiertas en Dios son oportunidades ilimitadas, puntos de acceso a nuevos contextos, espacios de nuevos aprendizajes y retos que asumir para seguir avanzando en la voluntad de Dios para nuestras vidas. Las puertas abiertas nos animan al viaje, a la aventura, al misterio.

El apóstol de los gentiles, Pablo de Tarso, fue quien uso la expresión de “puertas abiertas” por primera vez. Al regresar de su primer viaje misionero a Antioquia en compañía de Bernabé, dieron su reporte a la comunidad, y en este atribuyeron su éxito a que Dios “había abierto a los gentiles la puerta de la fe” (Hch. 14:27).

Pero, ¿puertas abiertas para qué? Sería la pregunta. El mismo Pablo nos dice que para la obra del ministerio, para establecer el reino de Dios en cada región donde el Señor les guiaba por medio del Espíritu Santo. Esto pasó en Salamina, Pafos, Éfeso, Troas, es decir, en gran parte de Asia menor y en Europa. Puertas abiertas, según Pablo simbolizaban mayores oportunidades evangelísticas (1 Co.16:9, 2 Co. 2:12).

El llamado o invitación que frecuentemente nos hace el Señor es a caminar por fe. Esta encierra en sí misma el valor de la lucha, de avanzar, correr riesgos y entrar por las puertas que Dios nos abre, incluso si no estamos plenamente seguros de lo que hay al otro lado. Lo triste es ver que, en algunas ocasiones, por comodidad, egoísmo, envidias o intereses personales, el establecimiento del reino de Dios en la tierra no avanza al ritmo que Dios quisiera.

Sí, es verdad, nuestro adversario el diablo también hace lo suyo con el fin de oponerse en nuestro camino como león rugiente. Pero lo cierto es que, aunque el mal acampe contra nosotros, Dios está por nosotros y llevará a cabo su propósito con o sin nosotros, puede ser que incluso llame a otros para ir en nuestro lugar, tal como le paso a Juan Marcos quien desertó en su primer viaje misionero en Chipe; pero Pablo y Bernabé decidieron seguir avanzando hacia la puerta que el Señor les estaba abriendo hacia el mundo no evangelizado del momento (Hch.15:38, 13:1-13).

Entiendo, yo también he estado ahí, siempre vamos a tener preguntas: ¿Cómo puedo saber si Dios es el que abre la puerta? En otras palabras, ¿Cómo saber si esto es parte de la voluntad de Dios?

La Biblia nos da algunos principios para ayudarnos a discernir si una “puerta abierta” u oportunidad que se nos está presentando forma parte de la voluntad de Dios o es una distracción.

Descubramos juntos en las próximas reflexiones algunas señales o formas de entender si la puerta que tengo al frente y se está abriendo es de Dios o es una distracción.

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