Dios y la CienciaMuestra

A Dios le gusta la ciencia

No crea los rumores que flotan por ahí sobre la fe y la ciencia. El hecho es que a Dios le gusta la ciencia. Si Dios tuviera una calcomanía en el parachoques, podría decir: "Yo (emoji de corazón) la ciencia". Si el adolescente Jesús hubiera tenido un póster en el dormitorio, podría haber sido la tabla periódica. La palabra ciencia proviene del latín scientia, que significa "conocimiento". Ya que a Dios le gusta el conocimiento, le gusta totalmente la ciencia.

El apóstol Pablo explica por qué: "Para ellos, lo que de Dios se puede conocer es evidente, pues Dios se lo reveló; porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo" (Romanos 1:19,20). Dios quería ser objeto de la ciencia, ser conocido. Entonces, ¿qué hizo? Creó cosas que podíamos tocar, probar y poner a prueba.

A Dios le gusta que estudiemos la ciencia porque la alabanza está impulsada por los datos. Cuando sabemos cómo crecen los bebés desde el tamaño de un maní hasta el de una toronja o una sandía en el útero, terminamos impresionados con nuestro asombroso Dios. Cuando comprendemos cómo el sueño, las pruebas y el estrés afectan nuestra salud holística, entendemos las conexiones que Dios hizo en nuestros cuerpos y cerebros. Cuando descubrimos cómo la luz del sol, el ejercicio y la meditación pueden combatir la depresión, descubrimos cómo Dios juntó las piezas del rompecabezas de la alegría.

A Dios le gusta que nosotros entendamos la ciencia, porque le gusta que lo entendamos a él. A Dios le gusta la ciencia. A usted también puede gustarle.