¡Sanando De Adentro Hacia Afuera!Muestra
El Cristo herido que sana toda herida
Nuestra sanidad ya está ordenada para nosotros en Cristo Jesús y por Su obra terminada en la cruz. Reclamar esa sanidad se siente difícil debido a las trampas y obstáculos que el enemigo pone ante nosotros. El diablo desde el principio causó daño a la mente, el cuerpo y el espíritu del hombre. Causó heridas profundas que mantuvieron a los individuos atados al pecado y la depravación. La razón por la que el Hijo de Dios apareció fue para destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8).
Sanar las heridas de las personas requiere cinco pasos necesarios. En los últimos tiempos, se ha descubierto que existe un grado alarmante de sanidad incompleta en las heridas de ciertos pacientes. Los científicos proponen que esto se debe a que la cantidad de sangre la cual es rica en oxígeno es insuficiente para la heridas y por lo tanto no logra completarse la sanidad. Este oxígeno transportado por la sangre es esencial para sanar completamente las heridas.
Hoy, creo que lo mismo ocurre con nuestra sanidad emocional y espiritual. Si no clamamos la Sangre de Jesús sobre nuestras vidas y pedimos que nos cubra, no encontraremos sanidad en las partes más profundas de nuestras vidas.
El problema con las heridas internas sin sanar es en que nos mantendrán cautivos en el miedo, el odio, la amargura, la falta de perdón, orgullo y la desesperación. Cosas al azar pueden accionarnos y no sabremos por qué. Podríamos herir y alejar a quienes nos aman y están cerca de nosotros debido a la magnitud de las heridas internas sin sanar.
Necesitamos ser sanados profundamente para poder vivir plenamente.
La Sangre de Jesús nos ayudará a hacerlo porque trae la victoria sobre Satanás. Cuando Jesús fue azotado y flagelado, cada herida que se abrió en Su cuerpo representa cada herida que hemos tenido, tenemos y tendremos. La sangre que corrió de estas heridas, desde Sus manos perforadas por los clavos y hasta Su costado herido es la Sangre Perfecta de un cordero sin mancha sacrificado para el perdón de cada pecado de la humanidad del pasado, presente y futuro. La sangre derramada en el calvario nos salva y nos libera de la pena del pecado. Nos presenta, santos, ante Dios y nos da, ahora, un acceso directo a Él. Esta sangre limpia nuestra conciencia de la culpa y la vergüenza, a la vez que une a toda persona que pone su fe en Cristo.
Cuando decimos que "por Sus heridas hemos sido sanados" lo que en realidad estamos diciendo es "que nuestra sanidad para cada una de nuestras heridas se encuentra en la sangre que fluyó de cada una de Sus heridas". Es hora de aplicar la Sangre de Jesús con fe, a través de la oración, a cada herida de nuestra vida. Esto no es un ritual o un mantra. Es una batalla. Estamos en una batalla contra el enemigo. Podemos elegir entre vivir heridos y derrotados o vivir fortalecidos por la fe y la oración. Fe en la victoria que Jesús ganó en la cruz y con una oración constante para que esa victoria se manifieste en cada área de nuestras vidas.
Acerca de este Plan
Aunque no sepamos todo sobre el tema, sabemos que una gran parte del ministerio de Jesús mientras estuvo en la Tierra implicó la sanidad. Mientras lees este plan bíblico, oro para que encuentres la sanación de una manera profunda y holística. El tipo de sanación que solo el Gran Médico puede realizar.
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Nos gustaría agradecer a Christine Jayakaran por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/christinegershom/