¡Sanando De Adentro Hacia Afuera!Muestra

Jesús, el Gran Médico

De los relatos evangélicos se desprenden algunas cosas conmovedoras sobre el ministerio de sanidad de Jesús.

Nunca dio a la gente curas temporales. Él cambió a estas personas para siempre.

Él tenía completa autoridad sobre el reino demoníaco y nunca alentó la validación o afirmación de los demonios.

Tenía una compasión genuina por los enfermos y los sanaba.

La compasión de Jesús por los enfermos y dolientes provenía de lo más profundo de Su ser. Él, siendo el Creador de toda la vida, tenía el deseo de ver a las mismas personas que creó, restauradas en salud y plenitud.

Aunque Jesús vino a salvar a las personas para la eternidad, quería que vivieran en la Tierra con todo su potencial. El deseo del Creador era ver a Su creación restaurada y capaz de hacer todo lo necesario para traer el Reino de Dios a la Tierra.

Jesús, siendo Dios en la carne, estaba lleno del Espíritu Santo y por lo tanto tenía el poder de Dios fluyendo a través de Él constantemente. Este poder, cuando se liberaba, sanaba a los enfermos, restauraba a los quebrantados y liberaba a los encadenados. Él era realmente el Gran Médico.