Una Vida De OracionMuestra

Guarda silencio y escucha a Dios.

Muchas veces no tienes nada que decir, no sabes como dirigirte a Dios. Y, seamos sinceros, eso nos pasa a todos. Por más palabras de elogios que te sepas, sencillamente no te sale decírselas. Guarda silencio y escucha lo que Dios quiere decirte.

Cuando aprendí este principio de entrar a la presencia de Dios en silencio, esperando el mover del Espíritu Santo, mi vida de oración cambió por completo.

Normalmente la gente comienza a orar con un arsenal de palabras y peticiones, especialmente cuando somos niños espirituales, queremos impresionar a Dios con nuestras palabras. Con el paso del tiempo, nos damos cuenta que la oración más efectiva se produce escuchando más y hablando menos.

Cuando hablas de más, le quitas lugar al Espíritu Santo. Él quiere hablar contigo pero no puedes escucharlo porque no haces silencio. La Biblia dice que seamos tardos para hablar y prontos para escuchar. (Santiago 1:9) y esto también tiene un gran efecto en la oración.

Si nunca has hecho la prueba, te invito a que lo hagas. Quédate en silencio por un momento en tu tiempo de oración, dale al Espíritu Santo la oportunidad de hablarte, guiarte e instruirte. Permite que Él acalle tus voces internas que no te dejan conectar con Su presencia. ¡Guarda silencio y espera Su voz!

Edward Tavárez