Perlas Del Libro De IsaíasMuestra

Dios Rompe La Superficialidad Para Legar A Lo Más Profundo

En Isaías 22, Dios advierte a Su pueblo de un juicio inminente en forma de ejércitos invasores. En primer lugar, les reprende porque se limitan a buscar soluciones superficiales para alivianar su dolor, en lugar de buscar a Dios para conocer Su plan más allá de la crisis momentánea (v. 11). Es como poner una bandita sobre una infección profunda; puede tapar el problema temporalmente pero siempre termina haciéndolo aun peor. Los versículos 12-13 contrastan, por un lado la actitud que tanto desea ver, la del arrepentimiento, el ayuno y la humilde búsqueda de Él, con la forma que de hecho están respondiendo; aferrándose aún más a los placeres momentáneos de la vida. Al igual que el sacerdote Elí, quién cuando recibió una advertencia profética de juicio por no disciplinar a sus hijos, simplemente se resignó a su destino. Shora Israel está malinterpretando la amenaza de destrucción como juicio inevitable, en lugar de una oportunidad para corregir su rumbo.

En 1 Corintios 15:32, Pablo cita la respuesta de este pueblo en tiempos de Isaías como el razonamiento de quienes viven para los placeres del momento y niegan considerar la vida después de la muerte: "Comamos y bebamos, porque mañana moriremos". Es el “camino espacioso” por donde muchos van, y su fin es la destrucción (Mateo 7:13).

Sin embargo, a la luz de la promesa de la resurrección, el "camino angosto" implica cambiar los placeres temporales por una vida entregada en fiel servicio a Dios. ¡Esto si vale la pena! La puerta sigue abierta, Dios nos ha dado un día llamado “hoy” para volvernos a Él, no para una bandita sino para una cura completa; ¡un nuevo corazón y un nuevo destino!

Oración: Padre, hoy te alabo porque Tú eres el Dios Único y Verdadero, y siempre tienes lo mejor para mí. Gracias porque ves más allá de la superficie y me guías a una sanidad completa. Esto es lo que necesito; no un maquillaje para tapar los defectos, más bien una transformación total desde adentro hacia afuera. Gracias que lo hiciste posible por medio del sacrificio de Jesús en mi lugar. Me rescataste de una destrucción segura. Me diste un nuevo corazón y depositaste Tu Espíritu en mí. Ahora no vivo más por el placer del momento sino a la luz de la vida eterna en Tu presencia. ¡Nunca más quiero volver atrás!