Confiando en Dios a Pesar del SufrimientoMuestra
Leer: Romanos 8:18–39
DEVOCIONAL: Romanos 8:26
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, para que oremos como conviene, pues no sabemos, y el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Hoy, mientras continuamos nuestro enfoque en la confianza, encontramos una nueva razón para confiar en Dios: Él conoce nuestros corazones, nuestras necesidades, nuestro dolor y nuestras circunstancias tan íntimamente que intercede por nosotras. Él tiene un propósito para todas nuestras penas, sufrimientos, dolores y alegrías.
Cuando estamos en medio de una temporada de profundo dolor o pérdida, la oración puede ser difícil. Puede parecer imposible encontrar las palabras correctas para expresar nuestro corazón a Dios. A medida que estudiamos la práctica del lamento, descubrimos cómo Dios quiere que expresemos exactamente lo que sentimos. Nos anima a hacer las preguntas más difíciles, expresar nuestra duda más profunda y verbalizar el dolor más oscuro. Romanos 8:26 nos dice que el Espíritu Santo, quien es Dios mismo, nos ayuda en nuestra debilidad al orar por nosotras. Cuando no sabemos qué orar e incluso cuando lo sabemos, el Espíritu Santo está siempre, siempre, intercediendo por nosotras ante el Padre.
Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, el Espíritu Santo mora en nosotras. Él está siempre con nosotras, siempre dispuesto a consolarnos. El Espíritu también escudriña nuestros corazones. Él conoce nuestros mayores deseos, nuestros anhelos más profundos y nuestros miedos ocultos. ¡Y Él está orando por nosotras! El Espíritu Santo no solo conoce la voluntad de Dios (porque Él es Dios), sino que también conoce los deseos y anhelos de nuestro corazón. Él es capaz de orar por nosotras en formas que nosotras nunca podríamos. Ora según la voluntad de Dios y los deseos de nuestro corazón.
¡Esta es una verdad asombrosa! Cuando reconocemos que se nos conoce íntimamente y se ora por nosotras de acuerdo con la voluntad de Dios y nuestros deseos, podemos ver más claramente cómo Dios está obrando. De hecho, Dios dispone todas las cosas para nuestro bien. Pero nuestro bien y nuestra comodidad no son lo mismo. Nuestro bien es ser conformadas a la imagen de Cristo. Si bien podemos experimentar un gran sufrimiento y dolor en el proceso, podemos creer que Dios siempre está obrando para nuestro bien.
Y tienes que saber esto: Su promesa de regresar y glorificarnos es tan segura como Su promesa de redimirnos del pecado. Él no solo nos justifica, sino que promete glorificarnos. Podemos descansar seguras en esta esperanza. Porque estos sufrimientos presentes no pueden compararse con la gloria venidera.
Escrituras
Acerca de este Plan
El sufrimiento es un huésped no deseado en nuestras vidas. Irrumpe sin previo aviso, causando estragos en nuestras relaciones, salud y finanzas. Nunca sabemos cuándo se irá y nos hace dudar de la bondad de Dios y cuestionar si Él es digno de confianza o no. En este estudio de cuatro semanas, aprenderás que está bien clamar a Dios en medio del sufrimiento, como David, Jeremías y Pablo.
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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://lovegodgreatly.com/Spanish