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Superando nuestros logros

Si el día de hoy te preguntara ¿cuáles son tus mayores logros? Aquellas cosas que te traen orgullo y felicidad, ¿Qué dirías?.

Tal vez has logrado edificar una familia o matrimonio saludable, o has logrado cumplir tu sueño de edificar tu propia casa. Puede que hayas logrado algo que tus padres no pudieron lograr, tal vez has levantado una empresa o has cancelado tus deudas. Incluso puede que seas una madre soltera que ha logrado educar a sus hijos y hoy los ves caminando de la mano de Dios.

A pesar de nuestros logros, como personas de fe, nunca debemos dejar de pensar que hay más de Dios para nosotros.

En Filipenses 3:1-14 vemos la convicción que Pablo tenía de vivir para Cristo.

Es fácil creer que nuestro valor se encuentra en posesiones, en títulos, en nuestro círculo de amigos o en nuestros logros. Pero en este pasaje, Pablo nos demuestra que aunque nuestros logros no son malos, no se comparan con lo que hemos recibido en Cristo Jesús.

Él entendía que sin Cristo, no era nadie.

Dios quiere que tengamos éxito, pero no podemos permitir que el éxito se transforme en nuestra fuente de importancia, valor o identidad. Todo lo que tenemos, nos ha sido dado por Dios.

¿Qué es lo primero que piensas cuando miras hacia atrás y ves tus logros?

¿Acaso piensas que los has logrado por lo bueno que eres? ¿O entiendes que la única razón por la cual has podido tener éxito es por la incomparable gracia de Dios?

El éxito puede llevarnos a entender la grandeza, el poder y la habilidad de nuestro Dios. Sin Él nuestros logros no valen nada, pero en Cristo, nuestros logros tienen un propósito.

Día a día enfrentamos el desafío de superar nuestros logros y podemos hacerlo si entendemos lo siguiente:

1. Las coronas son para Él

Las oportunidades que se nos presentan y el éxito que experimentamos, nos son dados para rendirlas delante de su trono. Todo proviene de la mano de Dios y la gloria es toda suya.

2. No hay mayor logro que conocer a Jesús.

Todo lo que necesitamos lo encontramos en Jesús, el dador de vida, el que venció la muerte, el que derrotó nuestro pecado, y el que ve más allá de nuestras debilidades.

No hay mayor logro que conocerlo a Él. Todos somos iguales delante deÉl , la salvación es para todos por igual, porque en Él todos somos hijos con un propósito.

3. Los logros del pasado no se comparan con los del futuro.

Un encuentro con Cristo lo cambia todo, y nada se compara con lo que Dios tiene preparado para tu vida. Celebremos nuestros logros, pero vivamos aferrados a Su gracia.

Sigamos avanzando, creyendo que los mejores días para nuestras vidas, nuestras familias, la iglesia, y este mundo están por delante.

Oración: Padre, hoy te doy gracias porque nos llamaste, equipaste y empoderaste para superar nuestras inseguridades, miedos, traumas, pérdidas y también nuestros logros. Gracias porque siempre quieres vernos avanzar. Ayúdanos a levantar nuestra mirada y a superar lo que haga falta para caminar en tu propósito. Amén.