Íntegra en todas las áreas.

Este es el segundo día de nuestro plan y el propósito de hoy es la formación de nuestro carácter, porque agradar a Dios también tiene que ver con ser lo que él quiere que seamos, así que iniciemos…

Empezaré contándoles desde mi propia experiencia. Apenas llevo 3 años sirviendo al Señor y puedo testificar de su bondad y su grandeza, sin embargo este testimonio hablará más de sus correcciones a aquellos que son llamados hijos e hijas de Dios. En el año 2021, comencé a realizar mi maestría en Dirección Comercial, debido a la pandemia resultó ser 100% virtual. A medida que avanzaba el tiempo, menos empeño ponía en aprender y solo me enfocaba en la obtención del título. Así que comencé a desarrollar las pruebas y los exámenes de manera deshonesta, no estudiaba y buscaba la información por otras vías o hacíamos el examen de forma colectiva para obtener mayor puntaje en los exámenes. Hasta que llegó un día en el que sentí la reprensión del Espíritu Santo diciéndome: “la integridad no se mide por áreas y para ser mi representante en la tierra debes de ser íntegra en todas las áreas”.

Esto me cambió, no solamente mi manera de pensar sino también mi manera de accionar. No podía ser íntegra en el momento de servir en la iglesia y luego no ser íntegra al momento de tomar un examen. Tenía que ser íntegra en todas las áreas y si mi integridad fallaba en un área entonces dejaba de serlo en todas las demás.

Cuando hacemos referencia a la palabra integridad, una persona que sea íntegra tiene firmeza en sus acciones y actúa de la forma correcta. Pero, cuando buscamos agradar a Dios, no solamente escogemos vivir conforme a principios éticos y morales, sino también debemos vivir bajo los preceptos de nuestro manual de vida, que es la Biblia.

A veces consideramos que la integridad solo debe manifestarse en una sola área o ámbito de nuestras vidas. La adaptamos en nuestro comportamiento con nuestras familias, en el colegio, en las iglesias, etc. Pero no; debe de ser en cada área, en cada momento y en cada lugar.

Este segundo día Dios te confronta y te da la oportunidad de corregir tu mal accionar en cuanto a tu falta de integridad. Permíteme orar por ti.

Padre, gracias por este segundo día, porque eres fiel, porque nunca fallas y siempre nos ayudas a ser mejores. Te pido Señor que seas tú trayendo a la memoria de cada Joven que está leyendo este plan, en qué áreas de sus vidas no están actuando con integridad y de qué forma pueden hacer las cosas correctamente. Enséñales a andar bajo tu justicia y tu verdad y a que no se aparten de ti, ni a derecha ni a izquierda. Dios, continúa transformando nuestro carácter para poder reflejarte a ti en todo lo que hagamos. En el nombre poderoso de Jesús. Amén.