Un cuerpo, diferentes partesMuestra

Diferentes partes

Si en algún momento, alguna maravillosa anciana mexicana le ofrece un tamal, asegúrese de quitarle la hoja de maíz antes de comerse el primer bocado. Un día, hace años, mordí una cáscara imposible de masticar y las chicas de mi curso de inglés se echaron a reír a carcajadas. En mi defensa, tengo que decir que yo era un gringo de Wisconsin que no estaba informado sobre los detalles de la cocina mexicana.

La desinformación puede ser peligrosa. Esto aplica para los tamales mexicanos y también se aplica a los cristianos. Así escribió Pablo a los corintios: «Hermanos, no quiero que ignoren lo relacionado con los dones espirituales» (1 Corintios 12:1). Pablo quería informar a sus amigos acerca de las formas únicas en que el Espíritu Santo nos prepara y equipa para glorificar a Dios. Sin la ayuda de Pablo, ellos iban a caer en esa trampa obsesiva de comparación en la que algunos se sentían superiores con aire de suficiencia y otros se sentían totalmente innecesarios.

Dios tampoco quiere que usted esté desinformado. Cuando se encuentra con cristianos cuya diferencia impresiona positivamente (como los evangelistas naturales) o aquellos cuya diferencia es frustrante (como la mujer que nunca deja de hablar en el estudio bíblico), usted necesita estar informado. Debe recordar que los diferentes dones y las diferentes personalidades vienen de Dios. Somos un solo cuerpo en Cristo, pero somos, por designio divino, partes diferentes.

Después de todo, el Padre que lo hizo a usted, también los hizo a ellos. El Hijo que lo salvó a usted, también los salvó a ellos. El Espíritu que lo guía a usted, también los guía a ellos. Ahora está usted listo para la iglesia. Solo asegúrese de desenvolver los tamales.