El Secreto De Los Grandes EmpresariosMuestra
EL ÉXITO ES OBEDECER
Tenemos que estar atentos a las instrucciones de Dios, tenemos que obedecer y obtendremos grandes ganancias.La visión de Dios y las instrucciones no suelen suceder solas; necesitan participación humana. Dios lo hace todo, pero tú tienes que decirle que sí. Eso se llama obediencia.
Obediencia es algo que Dios busca, y lo hace con un propósito. Antes de la recompensa siempre viene la obediencia. Esta es una señal de una verdadera relación con Dios; una señal que hay aceite en tu lámpara.La obediencia se constituye en una señal de que estamos bajo un pacto con Él.
Dios no quiere una relación contigo para usarte, sino para amarte.Igualmente nosotros debemos querer una relación con Dios para amarlo, no para usarlo. El que ama une, busca armonía. Debemos buscar a Dios para amarlo, servirle y honrarle. Cuando lo hacemos y nos deleitamos en su presencia, Él concede los deseos de nuestro corazón.
Dios a propósito te pedirá obediencia. Te dará instrucciones para ver qué haces. Él nos prueba para asegurarse que estamos preparados para la asignación, el propósito divino. Tenemos que entender que estamos en una asignación constante y esa asignación siempre tiene que ver con la justicia de Dios.
Cuando mantienes una relación íntima con Dios, Él te va a advertir incluso de los ataques que se van a levantar en tu contra. Cuando desobedeces, le das licencia al enemigo para destruir tus planes; por esa razón debes mantenerte alineado a la voluntad de Dios. Él nos dará estrategias con anticipación para saber cómo actuar en cada batalla.
La obediencia trae humildad y proporciona capacidad de perseverancia. La humildad es fruto de la obediencia y del temor de Dios. Es un balance; no creerte superior, ni tampoco inferior. Debes ser prudente y considerado para eliminar el orgullo o sentido de superioridad en tu vida.
Acerca de este Plan
Si eres un empresario, este devocional de 5 días te ayudará a conocer los secretos de tu asignación divina, para que puedas llevar a cabo los planes que Dios te encomendó. El espíritu empresarial que Él te dio, tiene propósitos divinos que te influenciarán para transformar, proteger y multiplicar las riquezas para la expansión del Reino, y proveer para las necesidades humanas y de la Iglesia.
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Nos gustaría agradecer a El Mensaje Comunicaciones por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiajwc.org/