Yo hago nuevas todas las cosasMuestra
Es común escuchar o leer que uno de los deseos de Dios para nosotros es la restauración personal: ¿Has sido dañado u ofendido? ¿Tuviste experiencias de abuso o algún tipo de vulneración? Se nos enseña que Dios quiere sanar esas experiencias traumáticas, de forma que al mirar hacia atrás, hacia ese pasado oscuro, ya no sintamos que ya no nos duele como al principio. Y no tengo dudas que Dios puede y quiere hacer eso con nosotros. En la Biblia, encontramos la idea de restauración y de volver las cosas a un “modelo original”. Pero, si estudiamos la Escritura, encontraremos que hay otra idea, quizás, un poco más profunda, y es aquella que Dios desea hacer todo nuevo.
Para explicar este punto, te invito a que miremos la historia de los primeros padres. Adán fue creado del barro y a Eva de la costilla de Adán. Él los diseñó a “su imagen y semejanza”. Curioso es, por decir lo menos, que Dios haya tomado el material de construcción más bajo, humilde, defectuoso y básico para crear a su “joya de la creación”. Ahora bien, ¿Cuál era el “modelo original” de Adán y Eva del cual debían ser restaurados antes de ser creados? Antes de lo que conocemos como “la caída del hombre”, no existe ese modelo al cual el hombre debía volver, pues Dios mismo utilizó su esencia, implantó su Espíritu dentro del hombre y la mujer, y permitió que vivieran ejerciendo una autoridad delegada. Sin duda vivían en plenitud.
Dios desea hacer todo nuevo. Y no necesita pedirte permiso para que tome cada cosa, cada elemento, cada particularidad y circunstancia individual, por muy básica, simple, humilde, sin valor o miserable que sea, y, al igual que el barro que utilizó para formar a Adán, lo use para crear algo totalmente nuevo, soplando Su Vida. No para volver atrás, no para restaurar lo que perdimos ni para recuperar el tiempo desperdiciado, sino para mirar hacia el futuro con esperanza, donde Él sigue manteniendo el control y donde desea que su nueva creación, la iglesia, aprenda a caminar en esta “fragilidad” de existencia: somos vasijas de barro, pero poseemos un tesoro eterno.
Quizás nuestra historia puede ser una oda a la miseria, pero nuestro presente y futuro está lleno de la hloria del Señor, que desea recrear todo lo caído en nosotros. ¿Podrá salir algo bello del dolor? ¿Podrá crearse algo bueno de lo malo? ¡Sí y mil veces sí! Dios lo hizo al principio de la humanidad y desea hacerlo diariamente en nosotros. Por favor, no te confundas, esto no es un desafío a sufrir ni tampoco es para que minimices tu historia personal; pero creo con todo mi corazón que tú, como un escogido y escogida del Señor, en esta búsqueda insaciable que Él tiene para que su plan absorba nuestros planes, va a tomar todo, absolutamente todo de nosotros, y hará de ello una nueva creación, algo nuevo, distinto, algo que aún no hemos visto.
Como dice una canción de Gungor: “Tú haces cosas hermosas desde el polvo”.
Acerca de este Plan
Bienvenido a esta miniserie de devocionales de 5 días llamado “Yo hago nuevas todas las cosas”. La finalidad de este devocional es que podamos reconocer nuestra dependencia y necesidad de Jesús, y al mismo tiempo, aprender a través de las Escrituras, que necesitamos mucho más que un “upgrade” o mejora en nuestras vidas, sino que requerimos que todo sea hecho nuevo en nuestro interior.
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Nos gustaría agradecer a CAF Betel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/cafbetel_calama/