Descubre tu verdadero valor con Lindsay RobertsMuestra

Todos tenemos un lugar, nuestro propio lugar, que Dios mismo ha destinado como nuestro lugar y en el cual Él desea que caminemos correctamente. Nuestro objetivo es estar ubicados adecuadamente, no muy por delante o por detrás de otras personas, sino exactamente donde Dios ha ordenado nuestro destino. He conocido a innumerables mujeres que sintieron un fuerte llamado de Dios en sus vidas, pero lucharon por aceptarlo por varias razones.

Tal vez, tenían miedo de los cambios que serían necesarios en sus vidas si hacían lo que Dios les pedía que hicieran. Quizás, su autoestima no les permitiría avanzar hacia todo lo que Dios quería para ellas. Quizás, su cultura o tradición sostiene que las mujeres “no pueden” funcionar de cierta manera. Tal vez, otras personas las desanimaron o incluso las intimidaron. Sí, los matones existen en la iglesia. Pueden ser hombres o mujeres, jóvenes o viejos. Ellos son los que tratan de mantener a la gente fuera de su lugar ordenado por Dios porque están celosos, porque se sienten amenazados, porque no quieren perder poder o influencia, o por otras razones.

Independientemente de los factores que buscan mantenernos fuera de los lugares que Dios tiene para nosotras, podemos hacer todo lo necesario para comprender Su llamado a nuestras vidas y caminar en Él con todo nuestro corazón. Esto, creo, es lo que hizo Débora. Una jueza era poco común, tal vez inaudita en su época, por lo que solo podemos imaginar lo que la gente le dijo o lo que dijeron sobre ella cuando abrazó el plan de Dios no solo para ella, sino para todo Israel.

Si un verdadero creyente, una persona que dice ser parte de la familia de Dios, estudiara la vida de Débora, tendría que ver que Dios mismo le confió tal poder y autoridad y quedó muy satisfecho con el resultado de esa decisión. Ahora bien, si Dios no ha colocado a una persona en un asiento de autoridad, hombre o mujer, joven o viejo, entonces no es un ajuste piadoso. Pero, cuando Dios coloca a una persona, a cualquier persona, en autoridad, el ajuste es correcto. Cada vez.

Oración

Padre, gracias por crearme con un propósito y por permitirme ser miembro de Tu familia. Por favor, ayúdame a encontrar fuerza en mi identidad como Tu hija, y por favor colócame donde Tú quieres que esté. Amén.