Descubre tu verdadero valor con Lindsay RobertsMuestra

Primera de Timoteo 6:12 dice que nosotros estamos para "pelear la buena batalla de la fe". La guerra espiritual—no solo un conflicto cósmico entre el bien y el mal, sino que incluso, la batalla del sentido de nuestro valor—es una batalla arreglada, espiritualmente hablando, diseñada para que nosotros ganemos. Dios ya nos ha dado una medida de fe; acorde a Romanos 12:3, nosotros podemos pelear una buena batalla usando nuestra fe para ver la victoria. . . .

También, puedo creer en la victoria en cada batalla porque puedo hacerlo todo a través de Cristo quien me fortalece (Filipenses 4:13). Cuando hacemos las cosas con balance y en armonía con la palabra de Dios, y su voluntad, podemos decir la parte de "a través de Cristo" para que nos dé la fortaleza apropiada para realizar el trabajo. Así que, a menudo, me pregunto por qué hago las cosas a mi manera envés de buscar primero los caminos y métodos de Dios, que funcionan mucho mejor que los míos.

Para colmo, Éxodo 14:14 dice: "El Señor mismo peleará por ustedes, solo quédense tranquilos". . . . Escribí en el margen de mi Biblia este versículo: "El Señor peleará por mí, debo actuar como una dama". Esto, por supuesto, no es una precisa traducción palabra a palabra, pero para mí, el concepto está ahí.

Santiago 4:7 dice que debemos someternos a Dios, resistir al diablo, y huirá de nosotros. Debemos hacer nuestra parte y pelear con nuestras poderosas armas la buena batalla de nuestra fe.

A lo largo de cualquier batalla que enfrentemos, tenemos la oportunidad de alabar a Dios. Cundo lo alabamos, acorde a Salmos 22:3, Él vive y habita en nuestras alabanzas. Y cuando Dios llega, Él viene preparado para pelear por nosotros. La oración, adoración, ofrendas, alabanzas, fe, nuestras palabras, y secretos acorde a Su Palabra son armas todopoderosas para derribar fortalezas. Así que, no peleas sucio. ¡Pelea inteligentemente! Pelea en oración.

Oración

Señor, Tú ves las batallas a las que me enfrento. Gracias por recordarme que Tú estás peleando por mí, y te alabo por todo lo que eres, y todo lo que haces. Amén.