Cambiar Nuestro Carácter y Tomar la Personalidad de Cristo.

Si nuestro carácter sigue siendo el mismo que el que teníamos antes de conocer a Cristo, nada sucedió entonces con nuestra vida. No entendimos ni conocimos a Jesús de manera directa y personal. Donde Jesús entró, todo cambió. Cambió el carácter de Pedro, Pablo, Timoteo, Nicodemo, Marta, María Magdalena, etc. Seremos verdaderamente transformados cuando podamos cambiar nuestro carácter y comenzar a vivir como un nuevo ser.

Existen manifestaciones exteriores que representan nuestro interior descriptas claramente en:

Colosenses 3:8 “Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.”

Algunas costumbres que marcan nuestra personalidad como el practicar la mentira, sabiendo que el diablo es el padre de la mentira. El practicar la mentira nos engaña a nosotros mismos y es el núcleo de nuestros males. Con la mentira se inicia nuestra decadencia. El principio de la falta de confianza es la mentira.

Es hora de ponernos el traje de cristiano que está hecho a la medida de Cristo, se renueva todo el tiempo, siempre está a la moda, jamás envejece y siempre luce bien. En esa nueva vestimenta no hay excepción de personas, incluye la diversidad de razas, culturas y pensamientos, nos pone a todos en igualdad de condición frente a Cristo, es una vestimenta sin grietas ni costuras. Es la vestimenta del cristiano. Cristo es el todo y está en todos.

Pongámonos el traje de cristianos para caminar por la vida llevando el mensaje de Cristo de manera cómoda, relajada y segura. Una vida sólida en Cristo requiere de una vestidura acorde a su persona. ¡Es tiempo de cambiar de ropa y ponernos la mejor, la de un verdadero hijo de Dios!

Te invito a que te vistas con el nuevo carácter que Cristo quiere darte, donde vas a mostrar una vestidura impecable, donde lucirás elegante frente a la prescencia del Señor y frente a la prescencia de tu prójimo. Quieres lucir bien y sentirte bien, pídele a Cristo que te vista de su prescencia y Él llene el todo y en todos.