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No culpes a la playa

DÍA 3 DE 5

"De pronto ¡flash!"

Seguramente te habrá pasado en alguna fiesta que algún flash fotográfico te nublo la vista por un momento. Cuando la luz es tanta, la retina queda saturada y le cuesta unos instantes recomponerse del fogonazo. También nos puede ocurrir manejando de noche al mirar las luces de los autos que vienen de frente… cosa que hay que evitar para no provocar un accidente.

Hay cosas en la vida que son como un flash, pueden distorsionar nuestra percepción y hacer que tomemos decisiones erróneas. Hay un enemigo que quiere aprovechar nuestra falta de previsión para que caigamos en sus trampas. “Manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.” (1 Pedro 5:8). El diablo es un depredador, y como todo depredador aprovecha las debilidades de sus víctimas. Todos tenemos debilidades, tendencias que nos pueden hacer pecar. Unos son más propensos a algunas cosas y otros, a otras; puede ser la ambición desmedida, la sensualidad, el deseo de destacar, la venganza y diversos apetitos que pueden terminar en toda clase de pecados. El enemigo de nuestras almas trata de descubrir estos “huecos” y trabajar en ellos cuando estamos desprevenidos.

¡Manténganse alerta! dice la Escritura, animándonos a esperar lo inesperado para tomar previsiones. El diablo no se toma vacaciones y puede usar tus vacaciones para que te sucumbas a una de sus trampas. La mejor defensa contra estos ataques es la prevención: “el prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias” (Proverbios 22:3). ¡Seamos prudentes y no andemos ni cerca de lugares y situaciones que nos pueden hacer tropezar! Una confianza desmedida en nuestra “rectitud” finalmente es una debilidad que el enemigo aprovechará.

La sensualidad, los excesos con bebidas alcohólicas, actitudes temerarias o arriesgadas, y otros excesos son ataques típicos del diablo en tiempos de ocio.Hay otras artimañas más solapadas que el apóstol Pablo denuncia: las peleas con falta de perdón. Las peleas y encontronazos no podemos prevenirlos totalmente, por ello hay que usar el perdón. La falta de perdón es una brecha de seguridad gigante para el cristiano y la Iglesia, y debemos combatirla a toda costa. 1 Corintios 2:11 dice que hay que perdonar de verdad “para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas”.

Decidamos prevenir cualquier caída durante este tiempo. Y examinemos nuestro corazón para perdonar toda ofensa viva ¡y así ganemos ventaja sobre nuestro enemigo!

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Acerca de este Plan

No culpes a la playa

Las vacaciones pueden ser la excusa perfecta para descuidar nuestra vida espiritual. Te propongo invertir unos pocos minutos durante cinco días de tus vacaciones para que tu interior salga tan renovado como tu cuerpo luego del merecido descanso.

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Nos gustaría agradecer a Ríos de Vida Quilmes por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.riosdevida.com/