No Te Impacientes Por Causa De Los MalvadosMuestra

No Te Inquietes Por Ellos

He escuchado cantidad de personas decir, incluyéndome: ¿por qué los malos prosperan? "Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás. Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas y se visten de crueldad. ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! Se burlan y hablan sólo maldades; en su orgullo procuran aplastar a otros. Se jactan contra los cielos mismos, y sus palabras se pasean presuntuosas por toda la tierra." Salmo 73:4-9 (NTV).

Estos pasajes bíblicos describen perfectamente la sensación que hemos tenido algunos cristianos cuando vemos que personas a nuestro alrededor se jactan de su prosperidad material y económica, y que evidentemente son personas que viven en oscuridad. Es más a viva voz exaltan a sus dioses a quienes les agradecen todas las supuestas bendiciones que reciben de parte de ellos, y peor aún algunos de ellos incluso delante de nosotros utilizan expresiones como esta: ¡Dios a mí me ama tanto, me bendice tanto! Totalmente convencidos de que nuestro Padre, el Padre de nuestro Señor Jesucristo es quien los ha favorecido.

Es imposible negarlo, en momentos como estos permití que mi corazón se contaminara con amargura, entré a cuestionar a Dios por qué permitía que las cosas se dieran de esa manera y neciamente hice una lista de las supuestas obras que yo sí había hecho para Él, en comparación a aquellas personas que no lo conocen, que no son sus hijos y que abiertamente se deleitan en su maldad; nada más cercano a la inmadurez y la necedad, afortunadamente tenemos un Dios compasivo y bondadoso.

Lo cierto es que gracias a la Escritura pude comprender que en realidad estaba preocupándome por algo sin importancia y que gracias a esta experiencia la concupiscencia de mi corazón salió a la luz de mis propios ojos; Dios así lo quiso, para darme una maravillosa enseñanza. Sigue leyendo este plan y comprenderás lo que te estoy diciendo, por ahora medita en lo siguiente: ¿alguna vez te ha pasado lo mismo, has sentido lo mismo?

No te impacientes a causa de los malvados, no te inquietes por ellos; a lo mejor no lo has acabado de comprender, pero si tú eres hijo de Dios, eres verdaderamente rico.