Año nuevo: un nuevo comienzoMuestra

Viviendo con un nuevo acceso a Dios

En el momento de la muerte de Jesús, Dios hizo algo que cambió las reglas del juego. La cortina del Templo que separaba el lugar santísimo estaba "rasgada en dos, de arriba a abajo".

Aunque este fue un evento físico real, el verdadero significado es lo que simbolizaba. El Lugar Santísimo estaba fuera del alcance del pueblo hebreo. Solo el sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo. Incluso entonces, había que seguir protocolos estrictos. El lugar santísimo era muy especial porque era el lugar donde Dios habitaba de manera tangible.

El Arca del Pacto estaba alojada ahí, y la cubierta del Arca se llamaba "el propiciatorio". Flotando sobre el propiciatorio estaba la "gloriosa presencia del Señor". Entrar al lugar santísimo significaba estar en la presencia misma de Dios. Nadie tenía acceso a ese lugar. Incluso el sumo sacerdote entraría caminando de espaldas en lugar de hacerlo de frente ante "la presencia".

La muerte de Jesús en la cruz cambió todo eso. En lugar de los sacrificios imperfectos de animales para expiar temporalmente el pecado, Jesús fue el sacrificio total, perfecto y completo ofrecido una vez por todas. Como tal, Él es nuestro Sumo Sacerdote perfecto que ha proporcionado el sacrificio perfecto, permitiéndonos tener acceso continuo a Dios. Ya no hay una cortina que nos separe de la presencia de Dios. A través de Jesús, tenemos pleno acceso al Padre.

Hebreos 4 nos dice que este nuevo acceso cambia la vida. Tenemos acceso a la misericordia y a la gracia de Dios. Podemos acercarnos con valentía y confianza al trono de Dios sabiendo que habrá misericordia y gracia. No tenemos que entrar caminando de espaldas como lo tenían que hacer los sumos sacerdotes hebreos. ¡Tenemos un acceso a Dios nuevo y diferente!

Pablo dice en Romanos que hemos sido adoptados en la familia de Dios, y Juan aclara que aquellos que confían en Cristo son "hijos de Dios".

Estos pasajes nos dan mucha esperanza. No tenemos que escondernos de Dios como Adán y Eva, después de que pecaron. ¡Descubrir el acceso a las nuevas misericordias de Dios puede darnos un nuevo comienzo para una nueva vida durante todo el año!