[Apocalipsis: El Retorno] Nuestro Examen FinalMuestra

El Gran Trono Blanco

En Apocalipsis 20:12 ̶ 13 aparecen los que estarán ante el Gran Trono Blanco, donde pequeños y grandes inevitablemente comparecerán ante Dios en el juicio final. Pueblos de todas las edades desde la creación del mundo serán resucitados para comparecer ante él. Solo los muertos participarán en este juicio. Llamémosle a este juicio el examen final.

¿Quiénes estarán allí? Todos los que murieron sin conocer a Jesús como su Señor y Salvador. Todos los que murieron sin una relación personal con Jesucristo. Los espiritualmente muertos resucitarán, pero no para vida, sino para ser juzgados. Comparecerán budistas, musulmanes, hindúes, protestantes, católicos, etc. Aquellos que creyeron en la meditación o en hacer buenas obras como medio de salvación, estarán allí. Los morales y los inmorales también estarán allí. También comparecerán sacerdotes y misioneros. ¿Por qué gente muy moral y religiosa tendría que enfrentarse a este juicio? Podemos responder con las mismas palabras de Jesús: «Muchos me dirán en ese día: 'Señor, Señor, hemos profetizado en tu nombre, hemos echado fuera demonios en tu nombre y hemos hecho milagros en tu nombre'. Pero Jesús les declarará: '¡Nunca los conocí, apártense de mí, hacedores de maldad!'» (Mateo 7:21).

¿Qué se juzgará? La vida de cada persona se juzgará según el estándar de santidad de Dios. ¡Este es el examen final!

¿Cuándo sucederá esto? El juicio tendrá lugar después del reinado milenial de Jesús.

¿Dónde se llevará a cabo? El Apocalipsis no nos lo dice.

¿Por qué se llevará a cabo este juicio? Dios juzgará a cada persona sobre la base de su rechazo de la verdad y acabará con toda rebelión. Solo hay una verdad, esa es la verdad de Jesucristo. Jesús dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14:6). Por tanto, los que rechazaron a Jesús, siendo El el único camino para llegar al Padre, tendrán que pasar inevitablemente por este examen final. Posteriormente, todos los juzgados serán arrojados al lago de fuego porque sus nombres no se encontrarán escritos en el libro de la vida.

Acepta el don de la vida ofrecido por el Padre a través del Hijo. Pon toda tu confianza en la obra de expiación de la cruz, para que estés exento de tener que comparecer ante el Gran Trono Blanco.