Lo Curioso Del IntercambioMuestra

Nuestro pecado por Su justicia.

Recuerdo que cuando estaba en secundaria a unos amigos y a mí se nos ocurrió hacer una "broma" en el salón de clases. Tomamos todos los libros que teníamos debajo de nuestro asiento, los pusimos en el escritorio, y cuando la maestra de Química se giró para escribir en el pizarrón, todos nos volteamos a ver, contamos hasta 3 en silencio y al mismo tiempo ¡tiramos los libros al suelo!

El sonido asustó a todo el salón, la maestra volteó súper sacada de onda y molesta. Nuestros compañeros comenzaron a reírse y los que participamos en el chistecito hicimos cara de "Yo no fui".

La maestra, muy enojada, preguntó quién había sido el que inventó todo eso. Para mi sorpresa, mi mejor amiga, quien para empezar había estado en contra de hacer todo eso, se puso de pie y dijo: "Yo". Inmediatamente la sacaron del salón, la llevaron a dirección y a nosotros solo nos pusieron trabajo extra. Ella ni siquiera había hecho nada y terminó mal por algo que hice yo.

Recuerdo que pensé: "Nunca alguien se había echado la culpa por mi" ¡Ja, si supiera! Ese era solo un destello de algo que después entendería, que Alguien más hizo por mí miles de años atrás, que cambiaría totalmente mi vida y mi eternidad.

¿Te ha pasado algo así? Quizá has vivido algo más fuerte, quizá tú mismo eres el que ha tomado el lugar de alguien más.

Jesús, sin dudarlo, levantó la mano cuando supo que el pecado que nos dominaba nos separaría para siempre de Dios. Decidió, en obediencia al Padre, dejar Su trono celestial, hacerse hombre, vivir una vida perfecta y sin pecado para que, cuando llegara el momento, Él mismo se convirtiera en el pago por nuestra maldad, y Su sangre y cuerpo se convirtieran en lo que nos daría libertad.

"Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios." - Apóstol Pablo, 2 Corintios 5:21 (énfasis agregado)

Hoy te invito a ir ante Dios, a través de Jesús. Al confesarle tus pecados y pedirle perdón a Dios, podrás intercambiar tu culpa por Su paz y perdón.