El Misterio De La NavidadMuestra

Si tú fueses rey, ¿esperarías que todos te recibiesen con el sonido de trompetas y que se arrodillasen delante de ti al entrar a algún sitio o que te pusiesen la alfombra roja para caminar hacia tu trono? Puede que tuvieras sirvientes y cocineros personales. Quizá tendrías caballos y carruajes. Y, claramente tendrías un castillo rodeado por un río con cocodrilos en el agua. 

El pueblo de Dios estaba esperando un rey más o menos como ese, pero no es lo que recibieron. Más bien, Jesús llegó sin el sonido de trompetas y sin castillo. Este rey llegó como un bebé en un pesebre, que era el lugar donde solían comer los animales. ¿Quién se hubiese imaginado a un rey llegando como un bebé indefenso? 

El misterio del pesebre es que el poderoso Rey Jesús vino a la Tierra para vivir entre nosotros. Jesús, el nombre sobre todo nombre, maravilloso consejero, Dios fuerte, Príncipe de paz, vino para servir y no para ser servido. Los ángeles cantan: ‘Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz para los hombres sobres los cuales permanece su favor.’ ¡Ese sí que es un recibimiento digno de un rey!

El misterio de la Navidad es Jesús, Dios siendo revelado. Esta es la buena noticia que nos lleva a adorarle.