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La Armadura de DiosMuestra

La Armadura de Dios

DÍA 5 DE 10

La armadura de Dios

A fin de pelear la batalla de la fe y enfrentar a Satanás, Dios ha dotado a su pueblo con una armadura. Esa armadura guarda una analogía con la armadura / vestimenta del soldado romano. 

La coraza de la justicia

...protegidos por la coraza de justicia... (Efesios 6:14 b)

La coraza o chaleco iba enganchada al cinturón y protegía los órganos vitales. Una herida en el pecho puede ser mortal y por eso el soldado lo cubría muy bien. No podemos luchar contra enemigos espirituales en nuestra propia justicia, así como un soldado no puede luchar eficazmente sin su coraza.  El creyente tiene la misma vulnerabilidad que el soldado; proteger su corazón contra cualquier ataque espiritual para que no vuelva a endurecerse a causa del pecado. Cuidar el corazón con la coraza de justicia, es proteger la palabra de Dios que hemos escrito en la tabla de nuestro corazón.

La justicia que recibimos de Cristo nos da un sentido general de confianza, una conciencia de nuestra posición y firmeza. La justicia de Cristo que nos apropiamos por la fe es la garantía de nuestra salvación y justificación. Al ser justificados por Cristo el enemigo no nos puede acusar, pues Jesús llevó todos nuestros pecados a la cruz, y compró redención para cada persona que le recibe como Señor y Salvador personal.

Asimismo, necesitamos vestirnos con la justicia de Dios que tenemos a través de Jesús y su obra. Somos justificados por nuestra fe en Cristo (Romanos 5:1-3). La batalla contra las tentaciones y el pecado no la ganamos por nuestra propia justicia, sino con base a la identidad que nos confiere Cristo. 

Cómo usar la coraza

Si somos justificados en Cristo, no debemos caer en la mentiras y acusaciones de Satanás.  Al ser cubiertos con la justicia de Cristo, el enemigo se queda sin argumentos en contra nuestra.




Escrituras

Día 4Día 6

Acerca de este Plan

La Armadura de Dios

A fin de enfrentar al enemigo de nuestras almas, Dios nos ha dotado de una poderosa armadura. Al vestirnos y usar la armadura de forma efectiva podremos hacer frente al maligno. No podemos enfrentarnos al maligno con nuestras propias fuerzas, sino con las armas que Dios nos da.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/