[Globos amarillos] Caín y Abel: Consecuencia y oportunidadMuestra

¿Quién es Abel?

Cuando pensamos en la historia de Caín y Abel, a menudo pensamos en ella como la historia de Caín. Abel es frecuentemente pasado por alto. Hay una buena razón para esto. No sabemos mucho acerca de Abel y la Escritura misma se centra en Caín.

El nombre de Abel es la palabra hebrea Hebel, que encontramos a lo largo del libro de Eclesiastés traducida como "sin sentido" o "vanidad". Hebel significa vapor o niebla. En Eclesiastés, Hebel representa la dificultad de captar algo enigmático, como una niebla que está aquí por un momento y luego se va.

Abel hace todo bien, en lo que respecta a esta historia. Él trabaja con los rebaños y ofrece un sacrificio a Dios que consiste en el primogénito y grandes porciones . Es un sacrificio agradable a Dios.

Lo que es vital comprender de la historia de Abel es que su fidelidad no lo salva de circunstancias terribles. El favor del Señor está sobre Abel, pero no lo mantiene alejado de la muerte. Esta verdad se ajusta a cómo Eclesiastés usa la palabra Hebel para decir que incluso cuando hacemos lo que se supone que debemos hacer, nuestras circunstancias pueden ser trágicas, la comprensión puede ser difícil de alcanzar y la muerte es inevitable.

Nuestra obediencia no es una forma de manipular a Dios para que nos dé circunstancias favorables. El favor de Dios es nuestra recompensa, no evitar el dolor o la incomodidad. El gran legado de Abel es que hace lo correcto. Ejerce un carácter piadoso y recibe el favor de Dios. Hebreos capítulo 11 incluye a Abel como un ejemplo de fidelidad en el «Salón de la fe» de la Biblia.

No podemos controlar los resultados, pero podemos gobernar las elecciones que dan forma a nuestro carácter. Podemos elegir confiar en Dios, escuchar lo que él dice, amarnos unos a otros y seguir los caminos de la sabiduría. Hacerlo puede no crear circunstancias deseables. Pero la sabiduría y el favor de Dios son grandes recompensas.