Lucha Para Escuchar Ejemplo

El oyente sabio

Una persona sabia siempre está aprendiendo. Los mejores líderes buscan crecer continuamente.

Pasamos mucho de nuestro tiempo tratando de justificar lo que ya somos. Y a veces, nuestra terquedad se interpone en el camino de lo que podríamos llegar a ser.

¿Cómo aprendemos? ¿Cómo crecemos?

Lo hacemos escuchando a los demás: abriendo nuestros corazones y mentes a las ideas, historias y experiencias de quienes nos rodean. La Biblia habla mucho del poder de la escucha (Mateo 13:15; Lucas 10:16; Jeremías 6:17, 25:4; Zacarías 7:11).

Se necesita verdadera humildad para escuchar a los demás por lo que valen. Hace falta curiosidad y un verdadero sentido del valor de la persona que tienes enfrente. Estamos hechos para la comunidad. Crecemos escuchando lo que dicen las personas que nos rodean y luego discerniendo lo que debemos absorber y desechar.

Hay un pasaje convincente en 1 Juan 4:20 que desafía a todos los creyentes: «Si no pueden amar a sus hermanos, a quienes han visto, ¿cómo podrán amar a Dios, a quien no han visto?».

Escuchar a los demás es la puerta de entrada para oír la voz de Dios. Se necesita una medida adicional de humildad, curiosidad y apreciación del valor para interiorizar lo que Dios dice y dejar que transforme nuestras mentes, actitudes y comportamiento.

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