Lucha Para Escuchar Muestra

Una oveja con oídos

No hay mejor manera de descubrir la verdad que escuchando a Dios. Cuando escuchamos, silenciamos lo que ya sabemos para dar lugar a lo que podríamos descubrir.

Los seres humanos están llenos de maldad. La carne no es candidata a ser reformada. Hay que erradicarla, reemplazarla. Lo hacemos plantando la Palabra de Dios en nuestros corazones, mentes y almas.

Pasamos demasiado tiempo de nuestras vidas tratando de cubrir nuestras debilidades en lugar de nombrarlas y reemplazarlas. Hay maldad en cada uno de nosotros. Cuando exponemos e identificamos la podredumbre en nuestro interior, tenemos la oportunidad de cambiar, la oportunidad de tomar decisiones diferentes (1 Juan 1:9).

Escuchar es un riesgo. Nos pide que nos alejemos de nosotros mismos, que nos abramos a los demás. Nos arriesgamos a que nuestra maldad quede al descubierto y nuestro enemigo aprovechará la oportunidad para llamarnos la atención. Nuestro trabajo como ovejas es solo escuchar la voz de nuestro Pastor. Él dio su vida por nosotros hace 2000 años y aún hoy nos da vida abundante. 

La Biblia nos dice que el primer paso para escuchar a Dios es escucharnos unos a otros. Nos enseña a quedarnos a un lado. Cuando lo hacemos, somos capaces de escuchar a Dios de verdad. 

Escuchar a Dios nos ayuda a descubrir nuestros puntos ciegos. Hace brillar una luz sobre las partes de nosotros que no se parecen a Jesús. Confesar esos nuevos puntos de vista a Dios nos permite reemplazar los pensamientos y comportamientos contraproducentes con aquellos más parecidos a los de él.