Espera que desespera...Muestra
ANTÍDOTO
Hemos llegado al último día de este viaje y estoy muy contenta de que hayas permanecido hasta hoy. ¡Desde ya eres un victorioso! He sentido decírtelo porque, aunque ahora no logres visualizar el camino trazado para tu problema, hoy estás más cerca que nunca. ¡La búsqueda intencional mueve el corazón de tu Padre!
El que en vida fue llamado “el príncipe de los predicadores”, Charles Spurgeon dijo:
“Necesitamos vientos y tormentas para ejercitar nuestra fe, para arrancar la rama podrida de la autodependencia y echar raíces más firmemente en Cristo”.
El corazón humano lastimosamente es fluctuante por el sinnúmero de emociones que lo envuelve y es presa fácil del desenfoque y posterior desánimo por la pérdida de motivación para seguir adelante. Justo ahí es cuando aquella montaña que tenemos en frente parece estar demasiado empinada, el valle muy oscuro y la batalla terriblemente intensa.
Entonces, ¿cómo vencer el desánimo?
1. Reenfoca tu lente: Debido al ensimismamiento muy común del desánimo podría hacerle creer que usted es el centro de un falso mundo lleno de melancolía y distracciones. Necesita salir con urgencia de ese aislamiento no solo físico sino también mental, puesto que es mejor reconocer que precisa ayuda de sus contactos más cercanos que seguir estancado.
2. Amplía tu panorama: Filipenses 2:4 dice: “Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás”. Esto quiere decir que el mantenerte enfocado en tus preocupaciones personales da lugar no solo a la desconfianza en Dios, sino además al egoísmo. Debes recordar que tu hermano al igual que tú tiene sus propias luchas. Sé, pues, ese Aarón y Hur que levantaron en alto las manos de Moisés para entregarle no únicamente una victoria propia, sino para todo el pueblo de Israel (Éxodo 17:2).
3. Haz memoria: Cuando has conocido al Señor podrás hacer tuyas sus promesas y aplicarlas. No obstante, veas o no el cumplimiento de estas deberás mantener la convicción de que siguen vigentes. Este entendimiento hizo que el apóstol Pablo prosiguiera la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Fil 3:14) pese a la persecución, maltrato, rechazo, desánimo y hasta su inminente muerte en una cárcel romana.
Amado amigo, el desánimo es automático e inevitable cuando buscas recompensa y afirmación en todo lo que hagas. Además, es una señal de advertencia para llamar tu atención y hacerte ver que has perdido de vista tu objetivo principal. Si te preguntas cómo quitarlo de manera definitiva sin cambiar tu manera de pensar, temo decirte que no hay una fórmula mágica para aquello.
Debido a que es imposible satisfacer tus expectativas con condiciones temporales o bienes terrenales, es de gran ayuda estar a solas con Dios, quien creó y conoce tu corazón. Permítele que lo examine junto con tus motivaciones, a veces este estado puede provenir de una falsa creencia de que se tiene “derecho” sobre algo. En otras palabras, esto quiere decir que hay un desequilibrio entre lo que has recibido y crees que deberías tener. Reconocer esta actitud de orgullo y pecado hará posible que puedas arrepentirte, humillarte y dejar que el Espíritu Santo reajuste aquello en tu vida. Todo lo que eres, lo que tienes y adonde has llegado ha sido por la inexplicable y bendita gracia que nos fue concedida en Cristo Jesús, quien es la plenitud de todas las cosas (Jn 1:16).
Para finalizar permíteme contarte una historia:
Cierto día se encontraban reunidos varios ministros de Dios en una conferencia de enseñanza bíblica y el expositor pidió una pizarra con un marcador. Conforme iba llevando su discurso empezó a dibujar unos puntos negros, acción que extrañó a su audiencia porque parecía no guardar relación con el tema. De pronto, este hombre trazó algunas líneas rectas, símbolos de silencio y una clave de Sol. ¡Vaya sorpresa para todos! ¡Aquellos insignificantes puntos eran nada más y menos que notas musicales!
Amado lector, a lo largo de esta carrera también están trazados muchos puntos que no entiendes ahora y peor aún sus propósitos; sin embargo, si permites que el compositor de esa melodía los organice, plasme las líneas y ponga los símbolos correspondientes, entonces solo así podrás entender que lo difícil y despreciable de tu vida forma parte de una gloriosa obra de arte.
Quiero dejarte este recordatorio hoy: El mismo Dios que ungió a Eliseo para que ayudara a Elías sigue en su trono y puede enviarte a la persona adecuada para ayudarte a ti también (1 Re 19:16). Tu Dios sabe perfectamente el siguiente movimiento que dará para que de nuevo vuelvas a ponerte en marcha: Ten confianza y sé valiente, ¡sube a la cima del monte!
Espero que este plan haya llegado a tu corazón y si tienes algún testimonio para compartirlo conmigo puedes escribirme a mi perfil en Instagram: @angie.sevillano ¡No saben cuánto me alegra leer vuestros mensajes! ¡Un abrazo fraterno!
Acerca de este Plan
Si todavía sigue con vida no es por equivocación. Su presencia tampoco es insignificante. El mundo moderno ha intensificado el pensamiento de “a mayor productividad, mayor eficacia”, depositando sobre sus hombros una carga demasiado pesada. En este plan estudiaremos el valor de la espera, aunque la incertidumbre parezca desestabilizarte. Descubra cómo Elías, el profeta de Dios, experimentó las mismas tormentas que usted y encontró el verdadero descanso.
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Nos gustaría agradecer a Angie Sevillano por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.instagram.com/angie.sevillano/