Espera que desespera...Muestra
DESENFOQUE
¡Bienvenido de vuelta! Estos dos días de plan lo hemos destinado al desánimo y hoy ha llegado la oportunidad de estudiar otro tema muy interesante que, si bien se lo considera como un simple sinónimo, es más profundo que aquello.
La etimología de “desenfoque” hace referencia a “hacer perder o desplazar del punto focal una foto, afectando la nitidez con la que es percibida”. Si eres fotógrafo estarás muy familiarizado con este término, ya que hay un efecto llamado “bokeh” que permite un fondo suavemente difuminado sin centrarse en el foco como imagen principal. No obstante, también hay otra tecnología que llama mi atención y es el “autofoco” que centra una imagen de forma automática a través de un procesador integrado.
Angie, ¿y a qué viene lo anterior?
Mi intención hoy es enseñarte que el desenfoque no solo está presente como elemento en la fotografía, sino también en algún momento de nuestras vidas. Veamos un ejemplo de este caso:
“Y él respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado tu convenio, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas; y solamente yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida” (1 Reyes 19:14).
Continuamos tomando como ejemplo la vida de Elías y en esta ocasión nos encontramos con una respuesta que encierra un trasfondo: el servir a Dios terminó siendo para este profeta algo muy fatigoso, a tal punto de que lo llevó al agotamiento no solo físico sino integral: alma, cuerpo y espíritu.
Versículos previos de este pasaje describe que el Señor lo había usado para que bajara fuego del cielo, mas su entusiasmo quedó reducido a cenizas por las amenazas de muerte de Jezabel. Su pronunciado desánimo lo llevó a huir con la supuesta intención de “salvar” su pellejo y también a agregar una nueva queja: “y solamente yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida”.
En este punto podemos notar algo muy importante: En el momento que el profeta cambió su foco de atención de Dios hacia sus enemigos, se sintió automáticamente abrumado. Elías había perdido de vista el centro de su imagen por las distracciones que apresaron de miedo a su corazón.
Y así como él mucha gente vive desenfocada, abrazando una imagen borrosa de lo que es la vida. Por ejemplo: gastan el tiempo en vez de invertirlo, esconden en un almud los talentos que Dios ha depositado en sus vidas por miedo, aplican paliativos a sus tristezas en lugar de soluciones definitivas y la lista podría seguir…
Es por ello que en el versículo 11 encontramos la intervención majestuosa de Dios:
“Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?” (1 Reyes 19:12-13).
Dios tuvo que hablarle de nuevo a Elías, esta vez no con un despliegue espectacular de poder como había estado acostumbrado, sino con “un silbo apacible y delicado”. El Señor consideró necesario apartar a Elías para hacerlo entrar en su descanso y pasar tiempo con él.
¡Qué tremendo! Muchas veces permanece la creencia de que una agenda llena denota la búsqueda espiritual; sin embargo, hoy entendemos que no es así. La intimidad es y siempre será aquella fuerza que sostendrá de tus brazos cuando sientas a estos torcer. ¿Sabías que Dios está más interesado en ti de lo que realmente piensas y que también eso implica tu nivel de descanso?
¡Para Elías cuán beneficioso fue! Porque la próxima vez que el pueblo de Israel lo vio, él estaba espiritualmente “en la cima de monte” otra vez, restaurado y, sobre todo, reenfocado.
Dicho lo anterior, quisiera pedirte que con todo el corazón pudieras responder a lo siguiente, ¿has cambiado la postura de tu enfoque que tenías con Dios en lo te encuentras haciendo ahora? Medita un momento… Si es así, te animo por la palabra que es necesario hacer una pausa y pasar un tiempo a solas con tu creador.
El descanso es un antídoto contra el desenfoque y las cosas que están drenando tu vida. La falta de quietud es un impedimento para agradecer y recordar la maravillosa obra de Jesús en la cruz. No lo percibas como una pérdida de tiempo. Cuando el Señor te aparte para descansar, sé obediente.
Amado lector, aunque el “bokeh” de buenas a primeras resulta un efecto llamativo para la vista, a la larga terminará desvirtuando el propósito de tu fotografía por la falta de nitidez en el contenido. Algo semejante ocurre cuando usted empieza a centrarse en los problemas, las pruebas, los gigantes y cada reto que le demandará su vida; puesto que en su humanidad buscará ponerle pretextos, excusas, retrasos y parches a aquello que solo puede ser solucionado con decisiones y acciones. Por todo esto, doy gracias a Dios porque nos ha sido enviado un paracleto (un intercesor, abogado, consolador) que es el Espíritu Santo, quien es el “autofoco” necesario y que hace posible que volvamos a poner nuestros ojos, tu enfoque en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Un abrazo fraterno,
Angie Sevillano.
Acerca de este Plan
Si todavía sigue con vida no es por equivocación. Su presencia tampoco es insignificante. El mundo moderno ha intensificado el pensamiento de “a mayor productividad, mayor eficacia”, depositando sobre sus hombros una carga demasiado pesada. En este plan estudiaremos el valor de la espera, aunque la incertidumbre parezca desestabilizarte. Descubra cómo Elías, el profeta de Dios, experimentó las mismas tormentas que usted y encontró el verdadero descanso.
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Nos gustaría agradecer a Angie Sevillano por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.instagram.com/angie.sevillano/