Cultivando La Mente De CristoMuestra

A. PASIONES

Debemos ser libres de la mentalidad de este mundo. Al tener la manera de pensar de Dios, somos libres de las ataduras de Satanás y del pecado. Sólo disfrutando de esa libertad podemos tomar las decisiones correctas.

Jn.8:36 La persona con la mente de Cristo concentra su atención en Dios y en lo que a él le interesa y aplica toda su fuerza en lo que le apasiona. Cuando estamos en esclavitud, nuestra atención está en las pasiones y deseos que nos atan al mundo. 

B. COSTUMBRES

¡Jesús tenía costumbres! Él tenía la costumbre de ir a la sinagoga en el día de reposo Lc. 4:16. Getsemaní debe de haber sido un lugar predilecto, porque Él tenía la costumbre de ir al monte de los Olivos cuando estaba en Jerusalén Lc. 22:39. La oración era una de las costumbres de Jesús. Mr. 1:35; Lc. 6:12. Pero todas sus costumbres eran buenas.

Una mala costumbre revela una esfera de la vida que no está bajo el control del Espíritu Santo. Los cambios se efectúan no mediante la disciplina personal sino mediante un mayor conocimiento del gobierno constante del Espíritu Santo.

El deseo de Dios es transformar nuestras costumbres de ser descuidadas a ser controladas por el Espíritu.

C. LEALTADES

Jesús tuvo lealtades. Es indudable que fue leal a su Padre. En el momento de su arresto, Jesús protegió lealmente a los discípulos. 

No todas las lealtades son semejantes a las de Cristo. Una lealtad puede ser falsa o innecesaria. Fundamentalmente debemos ser leales a cualquier persona que Jesús aprobaría. El deseo de Dios es cambiar nuestras lealtades de ser personas dispersas a ser personas devotas.

¿Qué ajustes necesitaremos hacer en estas 3 esferas? Hagamos los cambios necesarios.