Por Qué Oramos Ejemplo

El principio de la misericordia

En el Padre Nuestro, el perdón es fundamental. La transformación de la vida, así como la intimidad con Dios, funciona de adentro hacia afuera. Hasta que no seamos transformados por la gracia del perdón y aceptemos que no podemos controlar a las personas o a las circunstancias por medio de la ira o la amargura, nuestros puntos de vista estarán contaminados y nuestra experiencia de vida estropeada.

Las peticiones de estos versículos son imágenes especulares en el quiasmo del Padre Nuestro. Cada una de ellas habla de la dependencia. La primera consiste en reconocer que dependemos de la misericordia y la provisión de Dios para nuestras necesidades físicas, nuestro «pan de cada día». A menudo tenemos la ilusión de que somos autosuficientes. Al contemplar la fragilidad de nuestro mundo, podemos desesperar o confiar. Reconocer nuestra realidad diaria de dependencia del Señor nos da seguridad, porque el Señor tiene nuestro mejor interés en el corazón.

El verso del espejo habla de la dependencia espiritual de que seamos «liberados del maligno». Satanás siempre está preparado con una mentira tentadora, una falsedad que nos lleva por el mal camino. La Biblia nos dice que es como un león voraz, que busca a quien devorar (1 Pedro 5:8). Nuestra seguridad depende de la confianza en Dios.

Una de las mentiras de Satanás es que un cambio en las circunstancias nos traerá felicidad. Sin embargo, sean cuales sean nuestras circunstancias, la felicidad consiste en aceptarlas con gratitud. El Padre Nuestro alinea nuestros corazones con la realidad de nuestra dependencia de Dios. Está lleno de la verdad de lo que no podemos controlar (la seguridad física y espiritual) y de lo que sí podemos (perdonar a los demás).

El mensaje central del quiasmo tiene que ver con nuestras elecciones. Podemos elegir perdonar. En el balance de la oración, Jesús se extiende a algo más que podemos controlar: nuestras actitudes. Podemos decidir qué perspectiva adoptaremos en vista de en quién confiamos. Para las cosas que no podemos controlar, debemos depender de Dios. Jesús nos enseña a ser intencionales para confiar activamente en Dios. 

El Padre Nuestro nos muestra que debemos arraigar nuestra seguridad en la confianza en Dios, tanto en la dimensión física como en la espiritual. El Padre Nuestro nos alinea con Dios y la verdad para elegir caminos que nos lleven a la vida y a la plenitud.