¿Por Qué No Llegan Las Bendiciones De Dios a Mi Vida?Muestra

La bendición más grande

¿Qué precio le pondrías a tu vida? ¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por ella? ¿Es una pregunta complicada verdad? Algunos darían poco porque tal vez no valoren lo que tienen, otros quizás no encuentren un precio porque atesoren demasiado lo que poseen; la verdad es que es algo imposible de cuantificar.

La Palabra nos dice que se pagó un precio alto, demasiado alto por nuestra vida en la eternidad, estoy seguro que ya lo sabes, sin embargo, muchas veces se nos olvida el sacrificio tan maravilloso que se hizo por nosotros hace más de dos mil años en el Calvario; nosotros debemos recordar lo que nos dice la Escritura en 1 Corintios 6:20 “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

Cada día debemos dar gloria a Dios por el precio que pagó por nuestro rescate y valorar la enorme bendición que hemos recibido, no hay bendición más grande que ser libres, sanos, prósperos, guardados y guiados por medio de Dios, nuestro Padre celestial quien nos ama y desea lo mejor de lo mejor para cada uno de nosotros, no debemos desviar nuestra mirada a las cosas de este mundo porque todas ellas son pasajeras, terminan en un abrir y cerrar de ojos, solo en Cristo Jesús tenemos acceso a las bendiciones eternas y a la misma eternidad también; recordemos que esta bendición llegó a nuestra vida en el momento que aceptamos a Cristo como Señor y Salvador personal, que fue por medio de Él que el enemigo perdió su poder sobre nuestra vida y que ahora tenemos acceso al Trono de la Gracia, este tema lo analizaremos mañana si el Padre así lo permite; por ahora analicemos si estamos verdaderamente agradecidos con la gran bendición recibida o si necesitamos analizar nuestras prioridades; oremos:

Padre bueno, en el poderoso Nombre de Jesucristo nos presentamos delante de Tu Trono para darte las gracias por el precio que pagaste por nosotros; sabemos que fuimos comprados a precio de Sangre, esa maravillosa Sangre que nos limpia de todo pecado y toda maldad y que necesitamos a cada día porque, en nuestra humanidad, te fallamos una y otra vez; te pedimos que nos abras el entendimiento si hemos menospreciado ese hecho que marcó la historia de la humanidad y por el cual ahora somos hechos hijos de Dios; ayúdanos a valorar lo que has hecho, haces y harás en nosotros a través de tu Hijo y de tu Santo Espíritu, amén.