¿Por Qué No Llegan Las Bendiciones De Dios a Mi Vida?Muestra

Una visión errada

Cuando se habla de las bendiciones de Dios muchas personas lo asocian con cuestiones materiales, o ser reconocidos por su don o simplemente creer que es una posición “especial” delante de las personas.

La realidad es que tenemos muchas veces una visión errada de las cosas, puede que estemos siendo enormemente bendecidos pero que no lo veamos a causa de la idea distorsionada que se nos ha vendido de parte del mundo acerca de lo que es una persona bendecida. La Escritura nos dice en 2 Corintios 4:17-18 “17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” Las cosas verdaderamente importantes son invisibles a la vista muchas veces; el amor, la bondad, la gracia y el perdón recibido de parte de Dios son solo algunos ejemplos de lo que es recibir una bendición extraordinaria de parte de nuestro Padre. Ahora bien ¿esto significa que no podemos tener cosas materiales?.

La respuesta es sencilla y la encontramos en 1 Juan 2:15-16 “15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” Si podemos tener cosas materiales, el detalle es que no debemos amarlos porque ellas son pasajeras; todo lo terrenal produce, si se le ama por sobre todas las cosas, codicia, avaricia, odio, resentimiento...esto por mencionar solo algunos sentimientos causados por el amor a lo material. Ahora bien, si logramos entender que nuestra mirada no debe desviarse de lo importante que es la vida eterna recibida por medio de Jesucristo, vamos a entender que nuestra prioridad debe ser alabar a Dios con todo el corazón. Esa parte la continuaremos mañana si el Padre así lo permite. Por ahora meditemos si nuestra mirada está bien enfocada o si hemos perdido de vista lo esencial para todo hijo de Dios; oremos:

Padre bueno, nos presentamos delante de Tu Trono para darte las gracias por haber recibido de ti esta salvación tan grande; sabemos que somos verdaderamente bendecidos por el privilegio de ser tus hijos e hijas, por tu amor, bondad, misericordia y gracia infinita que hemos recibido por el afecto de tu voluntad; en el Nombre de Jesucristo te pedimos que nos ayudes a ver lo importante, a que no desviemos nuestra mirada tras cosas vanas; que todo engaño del enemigo el cual quiere que nos alejemos de ti sea cancelado y que nos ayudes a ser verdaderamente agradecidos por los dones, talentos y cuidado que recibimos de ti cada día; líbranos Padre de perder el horizonte y tener una visión errada de la vida, amén.