Cómo obra la fe: Un estudio de SantiagoMuestra
¿Cómo obra la fe en la planificación de la vida?
Un libro que leí una vez, escrito para líderes empresariales, incluye una ilustración muy reveladora. Según recuerdo, dos hombres están parados en un muelle mirando un gran crucero destinado a transportar personas y carga a sus destinos. Un hombre mira al otro y pregunta: “En relación con ese barco, ¿quién es la persona más importante?”. El otro hombre responde: “el capitán”. El hombre que hizo la pregunta lo corrigió diciendo, “el que construyó el barco”.
La verdad es que el mejor capitán del mundo no sirve de nada si está al timón de un barco mal construido. Si no flota, el capitán podría ser cualquiera, ya que no haría ninguna diferencia.
La mayoría de las personas dedican su tiempo y energía a trabajar en su vida: frenéticas, cansadas y tratando de mantener a flote su barco proverbial. Planificar es trabajar sobre tu vida y no solo en ella: descubrir cómo construir un barco más grande. La literatura de sabiduría, especialmente Proverbios y las parábolas de Jesús, tienen mucho que decir sobre la mayordomía, la planificación y la construcción de un mejor barco para nuestra vida.
Confesándoles con completa sinceridad, soy un gran fanático de la planificación. Hice una de esas pruebas de personalidad y obtuve un puntaje muy elevado y fuera de lo común como un planificador altamente estratégico. Me gusta tratar de imaginar el futuro, construir el mejor barco y navegar hacia la próxima gran aventura, ya sea para la familia o el ministerio.
El problema de la planificación es que puede llevar a la presunción. Vemos esto en cada temporada de elecciones políticas cuando un candidato promete un futuro que nadie cree que sucederá, en el trabajo cuando el jefe nos da la charla de la visión entusiasta esperando que olvidemos que la charla que dio el año pasado fracasó para que podamos creer ingenuamente que este año será diferente, y en la charla motivacional con el equipo deportivo donde el entrenador promete que podemos ser David y ver caer a ese Goliat, lo cual creemos hasta que el marcador final dice que somos unos perdedores y nuestro entrenador un mentiroso.
En la Biblia, la fe, la esperanza y el amor a menudo aparecen juntos. La fe nos dice que debemos vivir con esperanza en el futuro debido al amor de Dios por nosotros. La fe requiere que veamos hacia el futuro y hagamos planes para vivir para Dios y con Dios.
El problema es que a veces nos comprometemos tanto con nuestro plan que nos olvidamos del plan de Dios. Su plan es a menudo diferente al nuestro. Para que nuestro plan sea consistente con Su plan, dos cosas nos son de mucha ayuda.
Uno, escribe tu plan con lápiz. La única escritura infalible en el planeta es la Biblia, y cualquier cosa que escribamos seguramente tendrá algunos errores y necesitará algunas ediciones. Como nuevo marido, deseaba tanto ser un buen líder de familia que hice muchos planes (horarios, presupuestos, etc.), pero lo que más volvía loca a mi esposa era mi certeza de que todos mis planes se harían realidad. Peor aún, como un nuevo pastor entusiasmado, me levantaba y compartía una visión detallada con total certeza a nuestro pequeño rebaño mientras ella sacudía la cabeza tratando de apoyarme en lugar de desanimarme.
Dos, cambia de tu plan a Su plan. Esto es lo que Santiago quiere decir, que si sabemos que hay algo que debemos de hacer, entonces sólo tenemos que hacerlo. A veces nos comprometemos tanto con nuestro plan que no cambiamos ni nos ajustamos para seguir Su plan. Quizás una historia humorística ilustre este punto. Dos mujeres jóvenes introdujeron una dirección en la función de mapas de su teléfono y se dirigieron a la orilla de un lago en su automóvil. Las instrucciones decían “siga adelante” y tenían que tomar una decisión. Podrían persistir en el plan o desviarse del mismo. ¿Que hicieron? Lo adivinaste; ¡Condujeron el automóvil directo al lago!
Todos hemos sido culpables de presumir, jactarnos y prometer algo en el futuro que solamente Dios conoce y controla. El mundo no está lleno de personas humildes y orgullosas. El mundo está lleno de personas orgullosas que son lo suficientemente humildes para reconocer que son orgullosas y de personas orgullosas que son demasiado orgullosas para reconocer que son orgullosas. El orgullo es un problema humano en el sentido de que es un problema de todos los seres humanos. La Biblia no tiene nada bueno que decir sobre el orgullo, como aprendimos en la sección anterior de Santiago. Por el contrario, la Biblia solo tiene cosas buenas que decir acerca de la humildad, comenzando con Jesús, nuestro Rey humilde. No solo fue el ejemplo perfecto de humildad haciendo la voluntad del Padre, sino que también envió al Espíritu Santo para hacernos humildes y hacer crecer nuestro carácter para ser como Cristo. Esto nos permite ser buenos administradores de nuestras vidas, vivir con fe y visión, hacer planes y estar abiertos a todo lo que el Señor ha planeado al despertarnos todos los días y hacer lo que nuestra fe dice que es correcto, incluso si no estaba previsto en la lista de tareas para ese día.
¿Deseas hacer la voluntad de Dios? El Salmo 37:23-24 nos anima a que cuando nos deleitamos en el camino de Dios, el Señor establece nuestros pasos. ¿Hay algo en tu vida que te impide desear la voluntad de Dios?
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Te has preguntado cómo habría sido compartir un dormitorio con Jesús cuando eras niño? El increíble y práctico libro de Santiago, escrito por uno de los hermanos de Jesús, ofrece un vistazo de Jesús del punto de vista de un miembro de su propia familia. En este plan, estudiarás los escritos de Santiago y cómo presenta de manera práctica a Jesús como el Señor y el objeto de nuestra fe.
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Nos gustaría agradecer a Mark Driscoll por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://realfaith.com/