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Sueños

DÍA 3 DE 5

Soñar el sueño de un Dios grande 

Dios trabaja a través de los soñadores. Dios no puede obrar milagros a través de alguien que no tiene ningún sueño. Si no hay sueño, tampoco la consagración y la pasión valen. Por tanto, si usted quiere ser partícipe en la obra de Dios, debe primeramente concebir un sueño. Sin embargo, el sueño se diferencia de la ambición del hombre. En el mundo, hay muchos incrédulos que tienen un sueño. Muchos sueñan con alcanzar el éxito con el fin de obtener riquezas y fama, y en ciertos casos, venganza. Si usted desea concebir el sueño de Dios, primeramente debe sobre todas las cosas, abandonar con la avaricia. De esta manera, usted logrará que la visión celestial se estampe en su corazón. Podemos recibir la visión del Espíritu Santo solo cuando renunciemos a nuestras avaricias y estemos dispuestos a oír la voz de Dios. 

Moisés soñó con la salvación de su nación, pero fracasó. Esto se debe a que soñó según sus propios pensamientos y planes. Por más de que se trate de un sueño bondadoso, si Dios no está, no deja de ser una ambición y un producto de la avaricia del hombre. Por otro lado, Abraham y José triunfaron en medio de una circunstancia que decía que era imposible. ¿Por qué? Porque soñaron junto a Dios. Si usted quiere recibir el sueño de Dios, debe caminar junto a Dios. Dios nos revela el sueño por medio de la Biblia, el Espíritu Santo, las predicaciones y la oración. El sueño de Dios no se compara con el sueño del hombre, porque es grande. 

Hay muchas personas en el mundo que definen sus planes de antemano, y luego piden ayuda a Dios. Es por eso que quiero que se plantee algunas preguntas. Primero, ¿lo ha buscado en la Palabra y el Espíritu Santo? Segundo, ¿permanece el fuerte deseo cada vez que ora? Tercero, ¿Tiene paz en su corazón? Cuarto, ¿vive en obediencia y fe? 

Dios nos habla cuando entramos en la dimensión de los sueños. Nos enseña el camino a seguir. Cuando hablamos con Dios, caminamos junto a Él. Por consiguiente, no debemos preocuparnos en caso de que haya dos caminos a elegir, porque si oramos aferrándonos al sueño del Señor, Dios nos enseña qué camino debemos escoger. Por tanto, debemos estar interesados en oír la voz de Dios, e inclinar nuestros oídos. Dios le otorga un sueño mayor y lo usa para su gloria a aquel que obedece su plan, y se caracteriza por esa fe que supera todo intelecto y sentido. De manera que para triunfar en el mundo, no hay otro camino que creer en Dios. Ni las intenciones ni los buenos actos valen. Debemos soñar, pero al mismo tiempo, recordar que el sueño del hombre no produce felicidad. Podemos alcanzar la felicidad cuando concebimos el sueño de Dios, y mantenemos comunión con Él. 


Escrituras

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Acerca de este Plan

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Esta nueva serie de 4 planes ha sido especialmente diseñada en honor al Dr. Yonggi Cho (1936-2021). Cambia tus sueños, y vive en la Cuarta Dimensión.

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Nos gustaría agradecer a La Cuarta Dimension Latinoamerica por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://libreriapeniel.com/producto/suenos-que-traeran-felicidad-ed-bolsillo/