La señal de la cruzMuestra
Amor en acción
Al hacer la señal de la cruz, usamos nuestros labios para hablar, nuestro cuerpo en movimiento y nuestra mente se focaliza en el Señor. En la vida diaria usamos nuestros cuerpos para comunicarnos tan naturalmente que a menudo no nos damos cuenta que lo hacemos. También usamos nuestros cuerpos en oración cuando nos arrodillamos o nos ponemos de pie, cuando juntamos nuestras manos o las elevamos en alto. Estas emociones ayudan a nuestra oración, habilitan nuestro ser completo: cuerpo, corazón y mente a orar como uno. La señal de la cruz nos ayuda a orar; al hacer el gesto con nuestras manos, nos focalizamos en las palabras que oramos y nos conecta con el Espíritu de Dios que ore con y a través nuestro.
El trazar una línea con nuestra mano desde la cabeza al corazón y de hombro a hombro mientras decimos: "En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén", recordamos la naturaleza de Dios como Trinidad y el hecho salvador de Jesús en la cruz. Usar nuestro cuerpo para orar es común en muchas religiones, incluyendo la recitación judía del Shema el cual involucra cubrir los ojos mientras dices la primer línea.
Las palabras de la señal de la cruz nos recuerdan que Dios es, por Su propia naturaleza, un Dios de relaciones. Dios es Trinidad, tres personas en uno. Él es el Padre, el creador de todo. Él es el Hijo, nuestro salvador y hermano. Él es Espíritu Santo, nuestro abogado y guía. Cuando oramos la señal de la cruz, reconocemos el misterio de Dios y confirmamos nuestra fe. Nos posicionamos en una relación amorosa, aceptando la gracia salvadora de nuestro Señor Jesucristo.
Nuestros versículos de la Escritura de hoy nos recuerda la iglesia primitiva proclamando que Dios es la Trinidad.
Oración
Amoroso Dios, Padre, Hijo y Espíritu,
Tu naturaleza es un misterio en el cual me invitas a entrar.
Tú eres, por Tu naturaleza, amor en acción.
Al hacer la señal de la cruz hoy,
ayúdame a recordar que me creaste a través de Tu amor,
me salvas a través de Tu amor,
y me guías y me das poder a través de Tu amor.
Te amo y necesito para poder amar verdaderamente a mi prójimo.
Amén.
Al hacer la señal de la cruz, usamos nuestros labios para hablar, nuestro cuerpo en movimiento y nuestra mente se focaliza en el Señor. En la vida diaria usamos nuestros cuerpos para comunicarnos tan naturalmente que a menudo no nos damos cuenta que lo hacemos. También usamos nuestros cuerpos en oración cuando nos arrodillamos o nos ponemos de pie, cuando juntamos nuestras manos o las elevamos en alto. Estas emociones ayudan a nuestra oración, habilitan nuestro ser completo: cuerpo, corazón y mente a orar como uno. La señal de la cruz nos ayuda a orar; al hacer el gesto con nuestras manos, nos focalizamos en las palabras que oramos y nos conecta con el Espíritu de Dios que ore con y a través nuestro.
El trazar una línea con nuestra mano desde la cabeza al corazón y de hombro a hombro mientras decimos: "En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén", recordamos la naturaleza de Dios como Trinidad y el hecho salvador de Jesús en la cruz. Usar nuestro cuerpo para orar es común en muchas religiones, incluyendo la recitación judía del Shema el cual involucra cubrir los ojos mientras dices la primer línea.
Las palabras de la señal de la cruz nos recuerdan que Dios es, por Su propia naturaleza, un Dios de relaciones. Dios es Trinidad, tres personas en uno. Él es el Padre, el creador de todo. Él es el Hijo, nuestro salvador y hermano. Él es Espíritu Santo, nuestro abogado y guía. Cuando oramos la señal de la cruz, reconocemos el misterio de Dios y confirmamos nuestra fe. Nos posicionamos en una relación amorosa, aceptando la gracia salvadora de nuestro Señor Jesucristo.
Nuestros versículos de la Escritura de hoy nos recuerda la iglesia primitiva proclamando que Dios es la Trinidad.
Oración
Amoroso Dios, Padre, Hijo y Espíritu,
Tu naturaleza es un misterio en el cual me invitas a entrar.
Tú eres, por Tu naturaleza, amor en acción.
Al hacer la señal de la cruz hoy,
ayúdame a recordar que me creaste a través de Tu amor,
me salvas a través de Tu amor,
y me guías y me das poder a través de Tu amor.
Te amo y necesito para poder amar verdaderamente a mi prójimo.
Amén.
Acerca de este Plan
Los orígenes de orar la señal de la cruz se remonta a la época de los primeros cristianos haciendo una cruz en sus frentes. Esta práctica se ha desarrollado a lo largo del tiempo y ahora es algo regular para un billón de personas en el mundo. A través de este estudio de la Biblia exploraremos la práctica de la oración, el gran misterio de la Trinidad y el sacrificio de nuestro siempre amado Dios.
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Nos gustaría agradecer a la Escuela Bíblica Católica por proveer este Plan. Para más información, visita://www.catholic-bible-school.org/youversion