SÉ VENCEDORA

Dios siempre cumple todo lo que promete. Si ponemos nuestra fe en Dios y creemos que Él pelea por nosotras, seremos vencedoras. Pero debemos obedecer la palabra de Dios y hacer lo que Él nos ordena.

El relato de Jueces 4.12-24 describe cómo Dios quebrantó al ejército enemigo de Israel. Aunque humanamente era imposible ganar la batalla, la palabra dada por Dios a Débora se cumplió: la victoria del Señor vendría por mano de una mujer.

Nuestra generación debe buscar el mismo poder y autoridad que tuvo Débora para manifestar las obras de Dios en medio de las tinieblas.

Nuestro mundo enfrenta una pandemia, además del aumento del mal, de las crisis económicas, de las catástrofes naturales, de la pérdida de valores y de la destrucción del núcleo familiar. Así que diversas situaciones afectan nuestra vida y nuestro hogar diariamente.

Pero los gigantes que se levantan en el presente siglo malo no podrán amedrentar a la iglesia del Dios vivo y verdadero. Somos vencedores en las fuerzas del Dios todopoderoso.

Por eso, debemos levantarnos para ver la victoria de Jesús sobre todas las áreas de nuestra vida, sobre nuestro hogar, sobre nuestra familia y sobre nuestro ministerio.

Obtenemos la victoria en la Cruz, el lugar donde Jesús venció y nos transformó en más que vencedoras.

Debemos dejar de ser espectadoras para ser protagonistas de la victoria que Dios nos promete.

Si escuchamos la voz de Dios y la obedecemos, nunca seremos avergonzadas. Como nos enseña Salmos 34.5: «Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados».

Podemos ser mujeres vestidas de fuerza y honor, porque Dios nos viste con estas prendas. Podemos depositar nuestra confianza en Dios, que nos da la victoria sobre las dificultades. Podemos reír, sin temor al futuro, si estamos aferradas a la mano de Dios.

Contemplemos todo lo que Dios puede hacer con nosotras en nuestro entorno. Confiemos en el poder de Dios. Vayamos tras los proyectos que todavía no hemos podido realizar. Recordemos que en cada situación de la vida, Dios nos acompañará y nos dará la victoria.