Profetas, Visionarios Y SoñadoresMuestra

Comencemos a profetizar

En el antiguo testamento, el Espíritu Santo se derramaba de vez en cuando sobre unas pocas personas que habían sido escogidas como la voz de Dios para todo un pueblo. 

Todo eso cambió con la cruz del calvario, donde aquello que separaba la imperfección de la humanidad de la perfección de nuestro Dios fue anulado. Cristo rasgó el velo y abrió un camino para que podamos acercarnos confiadamente al trono de Dios para hallar gracia y misericordia. 

En el Nuevo testamento, el derramamiento del Espíritu Santo es para todos, y al mencionar a jóvenes, ancianos y niños en Hechos 2, Dios está comunicando lo que quiere hacer con todas las generaciones. 

Dios quiere que profeticemos, tengamos sueños y visiones. 

En 1 Corintios 14:1-5 podemos leer acerca de los dones del Espíritu y especialmente acerca de la profecía. El pasaje nos dice que la palabra profética fortalece, anima y consuela. La profecía te empuja hacia adelante, no te limita a donde estás ni te hace retroceder. Te llena de ánimo, expectativa y esperanza. No te condena, ni te dice que tus mejores días son los que has dejado atrás. 

El deseo de Dios es que todos podamos profetizar. 

Puede que digas “yo no sé profetizar”, pero hoy quiero animarte y recordarte que profetizar es hablarle la palabra de Dios al futuro, es declarar las verdades de las escrituras. 

Es importante que recordemos que el alfa y el omega habita en nosotros, aquel que conquistó el pecado y la muerte, y estableció un reino eterno e inamovible. No olvidemos que un final glorioso nos espera y nuestro rey vuelve por nosotros. 

Te animo a declarar a tu futuro lo que Dios dice, no lo que los periódicos dicen. 

La palabra de Dios en tu boca puede cambiar la atmósfera de un lugar y producir ánimo en una persona. 

Salmos 119:103 dice: “¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel”.

¿Por qué no empiezas a profetizar la palabra de Dios sobre tu familia, sobre tu economía, tu trabajo y la vida de tus amigos? 

Puede que la situación no cambie, pero tú cambiarás porque tu fe será elevada y tendrás una fe firme. Dios nos ha dado las herramientas espirituales para que podamos permanecer firmes en medio de las pruebas. 

¡Empecemos a profetizar! 

Oración: Padre te doy gracias porque tú me esperas del otro lado de cada prueba. Te entrego mis sueños y mi futuro, ayúdame a mirar hacia adelante con esperanza y a profetizar tu palabra en cada aspecto de mi vida. Ayúdame a no perder la oportunidad de animar a otros y levantarlos con mis palabras. Amén.