La gloriosa gracia de Dios Muestra

La necesidad de creer

Salvación es un regalo que podemos recibir solamente poniendo nuestra fe en Jesucristo. Juan escribió que Jesús declaró a Nicodemo, «el que cree en [el unigénito hijo de Dios] no perecerá, sino que tendrá vida eterna» (Juan 3:16). Hoy en día, algunas personas tienen problemas para aceptar que creer es todo lo que se necesita para que alguien sea salvo. 

La cuestión principal es el significado de la palabra “creer”. Cuando la palabra griega se usa como verbo, se traduce como “creer”. Cuando se usa como sustantivo, se traduce como “fe”. El Evangelio de Juan demuestra la importancia de esta palabra con su uso repetido de “creer” como verbo. Se utiliza 98 veces como condición para la salvación. Los otros evangelios y los libros del Nuevo Testamento usan “creer” como verbo 150 veces en total. El resultado consistente de creer es la vida eterna. Cuando uno cree, entonces uno puede saber que tiene la vida eterna como una posesión presente, ahora mismo (Juan 5:24; 9:38).

Juan tiene cuidado de usar figuras de habla o palabras descriptivas que son pasivas, como recibir, beber y comer. Ninguna de estas imágenes retrata o comunica la idea de mérito, trabajo o logro. No se usan palabras que califiquen “creer” como, “realmente cree”, “creer verdaderamente” o “creer genuinamente”. Solo hay un tipo de creencia. Aquí no hay otras condiciones mencionadas en Juan, tales como el arrepentimiento, la entrega, el compromiso, la confesión o la obediencia. La palabra “creer” tampoco contiene intrínseca o inherentemente estos conceptos. Todo lo que se requiere para ser salvo es creer, para poner la fe de uno en Jesús. La salvación, la vida eterna, es un regalo misericordioso de Dios (Juan 1:12).

Esto es lo que una persona debe hacer para recibir la vida eterna: Cree que Jesús, el Hijo de Dios, murió por tu pecado, se levantó de la tumba para derrotar el poder del pecado y la muerte, y puede darte la vida eterna libremente, como un regalo.