Mi segunda oportunidad

Pastor Ricardo Rodríguez

Cuando yo tenía alrededor de 16 años, el Evangelio del Señor Jesucristo llegó a mi casa, y los creyentes en el colegio o la universidad eran muy escasos, así que fue muy difícil poder sostenerme firme en la fe en ese entonces, así que mi caminar con el Señor en esa época no duró más de un año y medio, y me aparté dejándome llevar por todas esas cosas que atraían a los jóvenes de mi generación. Los siguientes 10 años, fueron los peores de mi vida, y ese es el común denominador del que se aparta del Señor, cuando tenía oportunidades y puertas abiertas, de repente empezó el caos, la ruina, la maldición, todo estaba en mi contra, era el peor tiempo de toda mi vida.

Traté de resistir, pues uno cuando se ha apartado del Señor trata de sobrevivir y de pensar en una solución y otra, pero hubo un momento en que ya no pude más, me rendí literalmente y salí llorando de la casa, empecé a caminar por las calles y a hablar con Dios, diciéndole: “No sé a dónde ir, no sé qué hacer, necesito tu ayuda”. 

Atravesé media ciudad, no supe cómo, pero llegué a una congregación que estaba en reunión esa tarde. Entré, me senté en la última fila, nadie vio porque todos estaban orando y adorando. Cuando bajaron el volumen de la oración, una mujer que estaba adelante mío, sin haberme visto comenzó a profetizar por el Espíritu. Ella estaba hablando al grupo, a los 300 que estaban ahí, pero la unción vino sobre mi vida; yo supe que era para mí, golpeó tan fuerte mi Espíritu que caí de rodillas, ella dijo: “Yo te amo hijito mío, preséntate a mí santo, ven preséntate, yo te amo y tengo un plan para ti”. 

Jamás ese día pensé, que estaría en el ministerio sirviéndole a Jesús y que vería con mis ojos un Avivamiento, ¡Dios me dio una segunda oportunidad!